En una entrevista en The View, cuando le preguntaron qué habría hecho diferente a Joe Biden, su respuesta de «no se me ocurre nada» reflejó la imposibilidad de diferenciarse del presidente saliente y sus políticas impopulares.
El mayor reto de Kamala Harris fue balancear su lealtad hacia Biden con la necesidad de ofrecer una visión propia, y aquí se reveló la grieta. La estrategia de no distanciarse demasiado de Biden tal vez evitó que fuera etiquetada como desleal, pero también le cerró la oportunidad de responder a la creciente frustración de los votantes.
En un país donde casi dos tercios de los ciudadanos consideran que la nación va por el rumbo equivocado y donde los costos de vida están en alza, esta falta de una alternativa clara y refrescante pesó en las urnas.
Uno de los puntos más criticados fue su enfoque en Donald Trump, un intento por retomar el mismo eje que permitió la victoria de Biden en 2020.
Harris dedicó buena parte de sus discursos a advertir sobre los peligros de un segundo mandato de Trump, calificándolo incluso de «fascista» en los últimos días de su campaña.
https://twitter.com/francarrillog/status/1854232484117909613
Sin embargo, como advirtió el encuestador republicano Frank Luntz, los votantes ya conocen las advertencias sobre Trump.
Lo que querían era claridad sobre qué haría Harris en el primer día, el primer mes y el primer año. Aquí, la candidata perdió la oportunidad de presentarse como una opción sólida y diferente, y el electorado se lo hizo saber.
Lo que se desmoronó para Harris no fue solo la imagen de su candidatura, sino también los fundamentos de la base demócrata que impulsaron la victoria de Biden.
Los votantes negros, latinos y jóvenes –quienes tradicionalmente favorecen a los demócratas– se sintieron cada vez más desconectados.
En las encuestas de salida, Harris perdió terreno en estos bloques clave, lo que sugiere que el problema es más profundo que una sola elección fallida: el Partido Demócrata está en una crisis de identidad y representación.
Bernie Sanders lo resumió al decir que no sorprende que los votantes de clase trabajadora se sientan cada vez más distantes del partido.
A medida que los demócratas defienden el «status quo», el pueblo estadounidense pide cambios reales, y el partido parece incapaz de responder.
https://twitter.com/MailOnline/status/1854496742474940586
A pesar de que Harris intentó energizar a las mujeres en torno al derecho al aborto y a los derechos reproductivos, los datos muestran que sus esfuerzos no lograron movilizar a las mujeres como se esperaba.
Harris no solo falló en construir una coalición ganadora, sino que su campaña dejó al descubierto una disonancia con la realidad que viven muchos estadounidenses. Su mensaje alegre y optimista contrastaba con la ansiedad económica y la frustración generalizada. Esto es más que una derrota personal para Harris; es una señal de alarma para el Partido Demócrata, que debe replantearse cómo conectar con los votantes si quiere mantenerse relevante.