«Nunca más».
En un día cargado de emoción y simbolismo, líderes mundiales y los últimos supervivientes del Holocausto se reúnen este 27 de enero de 2025 en Auschwitz-Birkenau, en tierras polacas.
Lo hacen para conmemorar el 80º aniversario de la liberación del infame campo de exterminio nazi.
La ceremonia, que tendrá lugar bajo una gran carpa instalada sobre la icónica entrada del campo, marca un hito en la memoria colectiva de uno de los capítulos más oscuros de la historia de la Humanidad.
Entre los asistentes destacan el Rey Carlos III de Reino Unido, el canciller alemán Olaf Scholz, los Reyes de España y el presidente francés Emmanuel Macron.
Su presencia subraya la importancia que la comunidad internacional sigue otorgando a mantener viva la memoria del Holocausto, especialmente en un momento en que el antisemitismo y otras formas de intolerancia parecen resurgir en diversas partes del mundo.
La organización ha extendido una invitación a todos los supervivientes de Auschwitz que aún viven, permitiéndoles traer a un acompañante.
Esta decisión refleja la urgencia de preservar los testimonios directos de quienes vivieron el horror, en un momento en que su número disminuye rápidamente con el paso del tiempo.
La liberación de Auschwitz: Un recuerdo imborrable
El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas del Primer Frente Ucraniano llegaron a Auschwitz, descubriendo con horror las evidencias del genocidio sistemático llevado a cabo por los nazis.
Encontraron a unos 7.000 prisioneros, la mayoría enfermos y al borde de la muerte, abandonados por los guardias SS en su huida precipitada ante el avance del Ejército Rojo.
Eva Schloss, superviviente de Auschwitz, recuerda aquel momento:
«Vimos a esta enorme criatura cubierta de carámbanos y envuelta en pieles. Hacía un frío terrible. Al principio, realmente pensamos que era un oso, pero cuando miramos más de cerca, nos dimos cuenta de que era un ser humano. Era el primer soldado ruso que había entrado en el campo».
La liberación de Auschwitz reveló al mundo, que sabía que algo espantoso estaba sucediendo pero miró para otro lado, la magnitud inimaginable del Holocausto.
Más de 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, fueron asesinadas en este complejo de campos entre 1940 y 1945.
Las cámaras de gas, los crematorios y las montañas de objetos personales de las víctimas testimoniaban la escala industrial del exterminio nazi.
Un recordatorio de la fragilidad de la civilización
El Holocausto sigue siendo una herida abierta en la conciencia de la humanidad, un recordatorio brutal de que ni la riqueza ni la cultura son garantía contra la barbarie.
Como señaló el historiador Yuval Noah Harari:
«Auschwitz nos enseña que la civilización es una capa muy fina que puede romperse en cualquier momento».
La ceremonia de hoy no solo honra a las víctimas, sino que también sirve como una advertencia contra el peligro siempre presente del odio y la intolerancia. E
n un mundo donde el antisemitismo y otras formas de discriminación parecen estar en auge, la lección de Auschwitz sigue siendo dolorosamente relevante.
Israel: Entre el recuerdo y la vigilancia
Para Israel, la conmemoración de la liberación de Auschwitz tiene un significado especialmente profundo.
El Estado judío, fundado en parte como respuesta al Holocausto, ve en estos actos no solo un homenaje a las víctimas, sino también una reafirmación de su compromiso con la seguridad y supervivencia del pueblo judío.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aunque ausente de la ceremonia debido a complicaciones diplomáticas, ha enfatizado la importancia de mantener viva la memoria del Holocausto.
En un mensaje grabado, Netanyahu declaró: «Nunca olvidaremos, nunca permitiremos que se repita. La existencia de Israel es la garantía más firme contra futuros intentos de aniquilar al pueblo judío».
Sánchez: Un contraste desconcertante
Mientras el mundo se une en solemne recuerdo, en España se desarrolla una controversia que muchos consideran fuera de lugar.
El gobierno Sánchez ha lanzado una serie de actos para conmemorar los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, una iniciativa que ha intentado ‘trufar‘ con el 80º aniversario de Auschwitz.
La decisión de vincular estos dos eventos históricos ha sido calificada de «insensible» y «oportunista» por diversos analistas.
Carlos Espinosa, experto en relaciones internacionales, comenta: «Es desconcertante ver cómo se intenta equiparar la conmemoración de una de las mayores tragedias de la humanidad con un evento de política interna española. Muestra una falta de perspectiva histórica alarmante».
La polémica se ha visto agravada por las felicitaciones que el gobierno de Sánchez ha recibido de grupos como Hamas, Hezbollah y los talibanes, precisamente en un momento en que la comunidad internacional reafirma su compromiso contra el antisemitismo y el extremismo.
