Este domingo, 18 de mayo de 2025, la tensión en Oriente Medio alcanza un nuevo punto crítico tras el anuncio del ejército israelí de una nueva ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, mientras Hamás ofrece liberar rehenes a cambio de un alto el fuego permanente.
Esta escalada militar llega después de meses de negociaciones infructuosas y propuestas rechazadas por ambas partes.
El ejército israelí confirmó en las últimas horas que ha iniciado «amplios ataques» y una movilización de tropas en Gaza, como parte de los «preparativos para expandir las operaciones» militares.
Según un comunicado difundido a través de Telegram, esta nueva fase busca «lograr control operativo» en zonas estratégicas del territorio palestino.
LA VISITA DE VANCE
J.D. Vance viaja a Jerusalén.
La visita del vicepresidente norteamericano, programada justo después de la gira de Donald Trump por el Golfo Pérsico, es unb claro un intento de reequilibrar la política exterior estadounidense en Oriente Medio, auque no significa en absoluto que la Casa Blanca vaya a poner trabas a la feroz ofensiva israelñi, actualmente en curso en la Franja de Gaza.
Mientras Trump priorizó acuerdos comerciales multimillonarios con Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, sin incluir a Israel en su itinerario, la visita de Vance busca reafirmar el compromiso de Washington con su aliado histórico en un contexto de crecientes tensiones por Gaza y las negociaciones nucleares con Irán.
Este movimiento sugiere una estrategia para mitigar las preocupaciones israelíes sobre un posible distanciamiento, al tiempo que refleja la dinámica de la administración Trump: combinar pragmatismo económico con gestos diplomáticos selectivos para mantener la influencia en la región.
La nueva estrategia militar israelí: de incursiones a ocupación permanente
La operación militar lanzada por Israel marca un cambio significativo en su estrategia. Ya no se trata de incursiones temporales, sino de una verdadera invasión terrestre con intención de permanencia. El primer ministro Benjamin Netanyahu lo dejó claro al anunciar que su ejército abandonará «el método de incursiones» para pasar «al de la conquista de territorios y la permanencia en ellos».
Los tanques israelíes comenzaron a avanzar el viernes en tres puntos del área septentrional de Gaza: el este de Yabalia, el norte de Beit Lahia y una tercera zona en el noroeste de la Franja. Estas localidades habían sido intensamente bombardeadas en los días previos, como parte de las «fases iniciales» de esta nueva ofensiva.
El objetivo declarado por Israel es doble: «la liberación de rehenes y el desmantelamiento de la organización terrorista Hamás». Esta operación, denominada Carros de Gedeón, representa una expansión significativa de la campaña en Gaza, con la intención de lograr un control territorial más amplio y permanente.
Las propuestas de Hamás para un intercambio de rehenes
Frente a esta nueva ofensiva, Hamás ha reiterado su disposición a liberar a todos los rehenes israelíes que mantiene cautivos desde octubre de 2023, pero bajo condiciones específicas. Taher al Nunu, un alto dirigente de la organización, declaró a principios de mayo: «Estamos preparados para liberar a todos los rehenes israelíes en el marco de un verdadero acuerdo de intercambio de prisioneros, y a cambio del cese de la guerra, la retirada de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y la entrada de ayuda humanitaria».
El grupo islamista ha comunicado a los mediadores internacionales que estaría dispuesto a aceptar cualquier propuesta para liberar a los rehenes israelíes siempre que incluya la reanudación de un alto el fuego. Sin embargo, insiste en que el problema no radica en el número de rehenes a liberar, sino en que Israel «se retracta de sus compromisos, bloquea la aplicación del acuerdo de alto el fuego y continúa la guerra».
Una de las propuestas más recientes contemplaba la liberación del rehén estadounidense-israelí Edan Alexander, junto con los cuerpos de otros cinco rehenes. Anteriormente, Hamás había aceptado una propuesta de los mediadores para liberar a Alexander y los cadáveres de cuatro rehenes con doble nacionalidad que murieron en cautiverio, aunque Israel puso en duda esta oferta.
Las negociaciones estancadas y las condiciones irreconciliables
Las posiciones de ambas partes parecen irreconciliables. Israel exige a Hamás que libere a la mitad de los rehenes restantes a cambio de una extensión de la primera fase de alto el fuego y una promesa de negociar una tregua duradera. Por su parte, Hamás rechaza cualquier acuerdo parcial y exige garantías de que Israel pondrá fin a la guerra.
En abril, Hamás rechazó públicamente una propuesta israelí que incluía un cese al fuego de 45 días, la liberación de 10 rehenes vivos y la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Uno de los puntos más controvertidos fue la exigencia de que Hamás se desarmara como condición para poner fin al conflicto, algo que la organización rechazó categóricamente.
Khalil al-Hayya, líder de Hamás en Gaza y principal negociador del grupo, afirmó entonces que no participarían en lo que calificó como «la política de acuerdos parciales» de Netanyahu. Al-Hayya también acusó a Israel de haber abandonado un acuerdo de alto el fuego firmado en enero y de imponer condiciones «imposibles».
La crisis humanitaria y el plan de militarización de la ayuda
Mientras las negociaciones se estancan, la situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose. Según datos atribuidos al gobierno de Gaza controlado por Hamás, aproximadamente el 80% de los residentes han perdido el acceso a fuentes de alimentos, y el 90% no puede acceder a agua potable limpia.
Israel y Estados Unidos han presentado un polémico plan para militarizar la ayuda humanitaria, que incluye el desplazamiento de casi todos los gazatíes hasta el sur de la ciudad de Jan Yunis. Según este proyecto, los soldados israelíes controlarán con datos biométricos a los palestinos que se acerquen a cuatro puntos de distribución de ayuda establecidos por una organización privada, la Gaza Humanitarian Foundation.
Tanto la ONU como diversas ONG se han opuesto rotundamente a este proyecto, que solo contempla la entrada en Gaza de 60 camiones con alimentos al día, apenas el 10% de los que entraban durante la tregua. Además, se calcula que esta ayuda solo llegará a 1,2 millones de los 2,1 millones de palestinos de Gaza.
El papel de los mediadores internacionales
Egipto, Qatar y Estados Unidos continúan sus esfuerzos de mediación para alcanzar un acuerdo. Una delegación de Hamás viajó a El Cairo a principios de mayo para hablar con representantes egipcios y cataríes. Egipto ha estado trabajando intensamente para convencer a Hamás de que acepte el marco propuesto por el enviado de Estados Unidos al Medio Oriente, Steve Witkoff.
Sin embargo, las posiciones siguen siendo distantes. Benjamin Netanyahu mantiene una postura firme, negándose a poner fin al conflicto hasta que las capacidades militares y de gobierno de Hamás sean completamente desmanteladas. Esta posición cuenta con el respaldo de varios miembros de su coalición de gobierno, como el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, quien ha declarado que Israel no cederá ante Hamás ni detendrá la guerra sin alcanzar una «victoria completa».
Mientras tanto, el Foro de Familias de Rehenes ha manifestado que, si bien recibe con beneplácito los planes para liberar a cualquiera de los cautivos, el enfoque debe seguir siendo el regreso de todos ellos. «Sin un acuerdo integral, corremos el riesgo de sellar el destino de todos los rehenes restantes», advirtieron en un comunicado.
La nueva ofensiva militar israelí y la persistente negativa de Hamás a aceptar acuerdos parciales sugieren que el conflicto está lejos de resolverse. La población civil de Gaza sigue atrapada en medio de esta confrontación, enfrentando una crisis humanitaria sin precedentes mientras las partes enfrentadas mantienen posiciones aparentemente irreconciliables.
