EE UU refuerza su política migratoria con nuevas restricciones

Trump firma un veto migratorio a 12 países, incluyendo viajar a EEUU a nacionales de Afganistán, Haití e Irán, con restricciones parciales para Cuba y Venezuela

El Gobierno de Trump impone una prohibición total de entrada a nacionales de 12 países y limitaciones parciales a ciudadanos de otros siete, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional estadounidense

Trump
Trump. PD

Hoy, jueves 5 de junio de 2025, Donald Trump ha firmado una nueva proclamación presidencial que marca un endurecimiento significativo en la política migratoria de Estados Unidos.

La medida veta por completo la entrada de ciudadanos de 12 países —entre ellos Afganistán, Haití e Irán— y restringe parcialmente el acceso de nacionales procedentes de otras siete naciones, como Cuba y Venezuela.

El objetivo declarado es “proteger a los estadounidenses frente a actores extranjeros peligrosos”, reforzando los controles ante amenazas terroristas y problemas de seguridad pública.

Esta decisión, anunciada tras una revisión exhaustiva por parte de las agencias nacionales de seguridad, responde al convencimiento del Ejecutivo de que algunos países no cumplen con estándares adecuados en materia de identificación y colaboración antiterrorista.

Según la Casa Blanca, la medida es necesaria “para evitar la entrada o admisión de extranjeros sobre los que el Gobierno estadounidense carece de información suficiente para evaluar los riesgos que suponen”.

Los países afectados: veto total y restricciones parciales

La proclamación distingue dos niveles de restricciones:

  • Veto total: Queda suspendida la entrada tanto de inmigrantes como de no inmigrantes procedentes de estos 12 países:
    • Afganistán
    • Birmania
    • Chad
    • República del Congo
    • Guinea Ecuatorial
    • Eritrea
    • Haití
    • Irán
    • Libia
    • Somalia
    • Sudán
    • Yemen

 

  • Restricciones parciales: Se aplican limitaciones específicas (según categoría de visado o tipo de viaje) a ciudadanos de siete países adicionales:
    • Burundi
    • Cuba
    • Laos
    • Sierra Leona
    • Togo
    • Turkmenistán
    • Venezuela

Este nuevo enfoque introduce matices según las circunstancias particulares y la cooperación previa mostrada por cada país en materia migratoria y antiterrorista. Por ejemplo, en el caso cubano y venezolano, las restricciones afectan principalmente a determinadas categorías de visados y no constituyen un cierre absoluto.

Argumentos oficiales y justificación

La Casa Blanca justifica el veto apoyándose en varios factores:

  • Falta o deficiencia en los procesos nacionales para identificar amenazas potenciales.
  • Alta tasa histórica de “overstay”, es decir, personas que permanecen en EE UU más allá del periodo permitido por sus visados.
  • Ausencia o insuficiencia de cooperación para aceptar la repatriación de sus nacionales.
  • Presencia significativa o apoyo estatal al terrorismo.
  • Carencia sistémica en el intercambio internacional de información sobre seguridad.

En el caso concreto de Haití, el Ejecutivo cita que “la tasa de overstays supera el 31% para visados turísticos y más del 25% en categorías estudiantiles”. Además, subraya que durante la administración anterior se produjo una llegada masiva e incontrolada desde ese país.

Para Irán, se recalca su condición histórica como “Estado patrocinador del terrorismo” y su reiterada falta de colaboración con las autoridades estadounidenses.

Excepciones y exenciones: atletas, dobles nacionalidades y casos especiales

Aunque la proclamación es amplia y contundente, contempla algunas excepciones relevantes:

  • Personas con residencia legal permanente (“green card”).
  • Titulares actuales de visados válidos.
  • Nacionales que viajen por razones consideradas “de interés nacional” para EE UU.
  • Deportistas profesionales que participen en grandes eventos internacionales.
  • Algunos nacionales afganos bajo programas humanitarios específicos.
  • Personas con doble nacionalidad si viajan con pasaporte emitido por un país no afectado por el veto.

Estas exenciones buscan evitar impactos desproporcionados sobre colectivos concretos o situaciones humanitarias urgentes. Además, pretenden asegurar la continuidad en ámbitos como las competiciones deportivas internacionales, donde atletas procedentes de estos países podrán competir siempre que cumplan con los requisitos especiales establecidos.

Contexto: antecedentes y posibles consecuencias

El actual veto recuerda a medidas adoptadas por Donald Trump durante su anterior mandato presidencial (2017–2021), cuando firmó órdenes ejecutivas similares contra países mayoritariamente musulmanes. Aquellas decisiones desataron polémica internacional y litigios judiciales. No obstante, en 2018 el Tribunal Supremo avaló la autoridad presidencial para imponer este tipo de restricciones bajo criterios de seguridad nacional.

Esta vez, la Casa Blanca insiste en que el proceso ha sido “más selectivo” y “personalizado”, tras evaluar informes técnicos del Departamento de Estado y otras agencias federales. La medida entra en vigor el próximo lunes 9 de junio a las 00:01 (hora del este).

Desde organizaciones defensoras de derechos humanos hasta sectores empresariales han surgido críticas por considerar estas políticas como discriminatorias o contraproducentes. Alegan que pueden perjudicar a familias separadas o dificultar relaciones diplomáticas clave. Por otro lado, sectores conservadores respaldan la decisión como una herramienta legítima para reforzar los controles fronterizos ante un contexto global marcado por conflictos regionales e inestabilidad política.

Perspectivas: ¿qué puede pasar ahora?

Las consecuencias prácticas dependerán tanto del grado de aplicación estricta como del margen real que se otorgue a las excepciones previstas. Se prevé un aumento inmediato en las solicitudes urgentes para exenciones humanitarias o visados especiales antes del próximo lunes. Además, algunos países afectados podrían responder con contramedidas diplomáticas o restricciones recíprocas.

En cuanto al futuro político interno estadounidense, esta decisión refuerza el perfil duro en inmigración del actual presidente ante su base electoral, en plena precampaña hacia las elecciones presidenciales. No obstante, abre un nuevo frente jurídico y político que previsiblemente será objeto tanto de recursos legales como debates parlamentarios intensos durante las próximas semanas.

En definitiva, este jueves marca un nuevo capítulo en la política migratoria estadounidense bajo Donald Trump, con implicaciones directas no sólo para miles de personas afectadas sino también para las relaciones internacionales del país norteamericano.

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