Hoy, domingo 8 de junio de 2025, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha dado un nuevo giro con el anuncio por parte de Moscú de que sus tropas han alcanzado la región de Dnipropetrovsk, una zona industrial clave en el este de Ucrania.
Este avance, de confirmarse, marcaría la primera incursión rusa en esta región desde el inicio de la invasión hace más de tres años, representando un preocupante desarrollo para las ya debilitadas fuerzas ucranianas.
Según el comunicado emitido por el Ministerio de Defensa ruso, sus fuerzas no solo han llegado al borde occidental de la región de Donetsk —una de las cuatro provincias ilegalmente anexionadas por Rusia en 2022— sino que también están «desarrollando la ofensiva» en la vecina región de Dnipropetrovsk. Las autoridades ucranianas, por su parte, han negado rotundamente estas afirmaciones, generando incertidumbre sobre la situación real en el terreno.
Avance estratégico en un momento crítico
El supuesto avance ruso hacia Dnipropetrovsk se produce en un momento particularmente delicado para Ucrania. Las fuerzas de Kiev se encuentran cada vez más estiradas a lo largo de un frente extenso, mientras las conversaciones de paz permanecen estancadas. Si se confirma esta incursión, representaría un significativo revés para la estrategia defensiva ucraniana, que ha estado luchando por contener los avances incrementales rusos en diversos sectores del frente.
La región de Dnipropetrovsk tiene un valor estratégico fundamental por su capacidad industrial y su ubicación geográfica. Su capital, Dnipró, es un importante centro logístico y de producción que ha sido vital para el esfuerzo bélico ucraniano. La penetración rusa en esta zona podría amenazar seriamente las líneas de suministro y la capacidad manufacturera de Ucrania.
Además del frente oriental, las fuerzas rusas parecen estar acercándose peligrosamente a la ciudad de Sumy, en el norte del país, de donde fueron expulsadas hace tres años por una contraofensiva ucraniana. Esta presión simultánea en múltiples frentes evidencia una estrategia rusa diseñada para dispersar las fuerzas defensivas ucranianas y explotar sus limitaciones de personal y equipamiento.
Escalada de ataques aéreos y bajas civiles
Paralelamente a las operaciones terrestres, se ha intensificado el intercambio de ataques aéreos entre ambos contendientes. En la región oriental de Járkov, los bombardeos rusos han dejado un muerto y un herido grave. Estos ataques se produjeron después de que las fuerzas rusas atacaran la capital regional el sábado, con un balance que ha aumentado hasta seis fallecidos y más de dos docenas de heridos, según informó la policía regional.
Durante la noche, Rusia lanzó un total de 49 drones explosivos y señuelos, además de tres misiles, según informó la fuerza aérea ucraniana. Las defensas antiaéreas lograron derribar o interferir electrónicamente 40 de estos drones. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado 61 drones ucranianos durante la noche, incluyendo algunos cerca de la capital.
Los ataques ucranianos también han causado daños en territorio ruso. En la región de Belgorod, cinco personas resultaron heridas en un ataque con drones contra un aparcamiento, según el gobernador regional Vyacheslav Gladkov. Además, dos personas fueron heridas cuando un ataque de drones ucranianos provocó un incendio en una planta química en la región de Tula.
Las autoridades rusas también informaron que los aeropuertos internacionales de Vnukovo y Domodedovo, que dan servicio a Moscú, suspendieron temporalmente sus vuelos debido a un ataque de drones ucranianos. Más tarde, Domodedovo volvió a detener sus operaciones por segunda vez, junto con el aeropuerto de Zhukovsky.
Análisis de la situación actual y perspectivas
El reciente mapa de objetivos operativos rusos, según análisis de expertos militares, sugiere que las fuerzas de Moscú intentarán aprovechar posiciones en las oblasts de Zaporiyia y Dnipropetrovsk para apoyar esfuerzos simultáneos destinados a tomar el resto de las regiones de Donetsk y Lugansk antes del 1 de septiembre de 2025. Sin embargo, los analistas cuestionan la capacidad real del ejército ruso para conquistar el resto de la provincia de Donetsk en los próximos tres meses.
Las fuerzas rusas han avanzado entre 30 y 50 kilómetros desde las afueras de Avdiivka hasta sus posiciones actuales al noreste y suroeste de Pokrovsk en los últimos 15 meses, un ritmo de avance mucho más lento que el necesario para conquistar toda la región de Donetsk en el plazo previsto. Además, el cinturón defensivo formado por las ciudades fortificadas de Kostyantynivka-Kramatorsk-Slovyansk constituye un formidable obstáculo para el avance ruso.
La situación actual refleja un momento crítico en la guerra, donde Rusia parece estar incrementando la presión sobre múltiples frentes mientras Ucrania lucha por mantener sus líneas defensivas con recursos cada vez más limitados. La incursión en Dnipropetrovsk, de confirmarse, podría señalar un cambio significativo en la dinámica del conflicto, permitiendo a Rusia amenazar directamente el corazón industrial de Ucrania.
Implicaciones internacionales
Este nuevo desarrollo ocurre en un contexto de creciente fatiga internacional respecto al conflicto. Mientras Rusia parece estar incrementando sus esfuerzos militares, las negociaciones de paz siguen estancadas sin avances significativos. La capacidad de Ucrania para resistir esta nueva ofensiva dependerá en gran medida del apoyo militar y económico que siga recibiendo de sus aliados occidentales.
La presión rusa sobre Dnipropetrovsk podría tener como objetivo no solo avanzar territorialmente, sino también debilitar la moral ucraniana y su capacidad industrial, forzando eventualmente concesiones en una mesa de negociación. Sin embargo, la determinación de Kiev de defender su territorio permanece firme, como lo demuestra su rápida negación de los avances rusos.
En este complejo escenario, los próximos días serán cruciales para determinar si las afirmaciones rusas sobre Dnipropetrovsk son precisas y, de ser así, cómo responderá Ucrania a esta nueva amenaza en su territorio industrial. Lo que está claro es que, tras más de tres años de conflicto, la guerra en Ucrania continúa evolucionando con consecuencias devastadoras para la población civil y la estabilidad regional.