TENSIÓN MÁXIMA TRAS LA MUERTE DE LA CÚPULA MILITAR IRANÍ

Israel ataca por sorpresa las instalaciones nucleares de Irán y mata al jefe del Estado Mayor de los ayatolás

Israel lanza una ofensiva masiva contra instalaciones nucleares y líderes militares iraníes, matando al jefe del Estado Mayor, mientras crece el pulso diplomático con Estados Unidos

Ataque de Israel a objetivos nucleares en Irán
Ataque de Israel a objetivos nucleares en Irán. PD

El mundo en máxima alerta.

No sólo Israel, que se alista para una lluvia de misiles iraníes, sino también EEUU, Rusia, China y por supuesto la Unión Europea.

Hoy, 13 de junio de 2025, el equilibrio de poder en Oriente Medio se ha visto sacudido por una serie de ataques aéreos israelíes sobre territorio iraní.

Estos bombardeos, calificados por Tel Aviv como “preventivos”, han tenido como objetivo centrales nucleares y posiciones estratégicas del aparato militar de Irán, resultando en la muerte de figuras clave como el jefe del Estado Mayor iraní, Mohammad Bagheri.

La operación, que marca un nuevo techo en la confrontación entre ambos países, llega tras años de escalada y advertencias cruzadas.

La magnitud de la acción israelí y la lista de víctimas—que incluye también al comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, y destacados científicos nucleares—demuestran que el objetivo no era solo frenar el programa atómico iraní, sino decapitar su estructura militar más influyente.

Las palabras del jefe del Ejército israelí, Eyal Zamir: “Advierto que cualquiera que intente desafiarnos pagará un alto precio”, resumen el mensaje de fuerza que pretende enviar Israel a Teherán y a toda la región.

Una noche de explosiones en Teherán

Durante la madrugada iraní, residentes de Teherán informaron sobre potentes explosiones cerca de instalaciones nucleares y barrios donde residen altos cargos militares. Entre los objetivos confirmados figuran la base militar de Parchin y complejos residenciales blindados en los que vivían altos mandos como Bagheri y Salami. También se registraron ataques directos sobre Natanz, epicentro del desarrollo nuclear iraní.

Los bombardeos fueron respaldados por operaciones encubiertas del Mossad dirigidas a neutralizar defensas antiaéreas y sistemas balísticos clave. El resultado: un golpe quirúrgico que ha eliminado parte esencial de la cúpula militar y científica iraní en cuestión de horas.

Mohammad Bagheri: el golpe más duro

La muerte del general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, supone el mayor revés para Irán desde la eliminación de Qasem Soleimani en 2020.

Bagheri era considerado arquitecto estratégico del poder militar iraní y principal enlace con programas como el desarrollo de drones utilizados por Rusia en Ucrania.

Su desaparición deja a Teherán sin uno de sus cerebros más valiosos y agrava la sensación de vulnerabilidad dentro del régimen.

El ataque también acabó con Hossein Salami, líder supremo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, pilar ideológico y militar del régimen desde su fundación.

Además, murieron dos importantes científicos nucleares: Fereydoun Abbasi-Davani y Mohammad Mehdi Tehranchi, figuras esenciales para el avance nuclear persa.

Estados Unidos, Israel e Irán: una diplomacia rota

El contexto internacional añade una capa más compleja. En las horas previas al ataque israelí, Washington intentaba mantener canales abiertos con Teherán para renegociar el maltrecho acuerdo nuclear. Sin embargo, las conversaciones ya estaban prácticamente muertas tras años de boicot y desconfianza mutua.

Según fuentes cercanas a la administración estadounidense, Donald Trump—en campaña para las presidenciales—había presionado a Israel para evitar un ataque abierto contra Irán. Sin embargo, Tel Aviv decidió actuar unilateralmente ante lo que consideraba un “incumplimiento flagrante” del Tratado de No Proliferación Nuclear por parte iraní. Así lo confirmaron medios israelíes al subrayar que “Trump didn’t want Israel to strike. They did it anyway.”.

La respuesta inmediata en Washington ha sido cautelosa: se teme una escalada regional imparable. La Casa Blanca ha instado a Israel a moderar su acción militar mientras refuerza sus bases en Oriente Medio ante posibles represalias iraníes.

Consecuencias inmediatas y reacciones globales

El ataque ha desatado una oleada de condenas y alertas diplomáticas. Irán ha prometido represalias “devastadoras”, mientras moviliza sus fuerzas armadas en todo el país. El gobierno israelí ha declarado el estado especial de emergencia dentro de su territorio y cerrado su espacio aéreo a vuelos civiles hasta nuevo aviso.

En las calles iraníes se han producido manifestaciones masivas exigiendo venganza por la muerte de Bagheri y Salami. A nivel internacional, países como Rusia y China han pedido contención; la Unión Europea convoca una reunión urgente para intentar mediar antes de un posible choque directo entre ambos países.

Entre los analistas persiste la duda sobre cuál será el próximo movimiento. ¿Responderá Irán con ataques directos contra territorio israelí o recurrirá a sus aliados regionales? La historia reciente muestra que Teherán dispone tanto de capacidad militar convencional como de una red extensa a través de milicias aliadas en Líbano, Siria e Irak.

Un cambio estratégico irreversible

Este viernes 13 de junio marca un antes y un después en las relaciones entre Israel e Irán. La operación israelí no solo altera la correlación militar sino que podría cerrar definitivamente cualquier vía diplomática para frenar el programa nuclear iraní mediante negociación.

  • Se confirma la muerte del jefe del Estado Mayor Mohammad Bagheri.
  • Eliminado también Hossein Salami (Guardia Revolucionaria) junto a dos científicos nucleares.
  • Ataques quirúrgicos sobre Natanz, Parchin y residencias protegidas.
  • Estados Unidos quedó al margen pese a sus advertencias.
  • Irán moviliza todas sus fuerzas e inicia contactos con aliados regionales.

La comunidad internacional observa con preocupación cómo Oriente Medio entra en una fase aún más volátil e imprevisible. La ofensiva israelí puede haber desmantelado buena parte del liderazgo militar iraní pero también abre la puerta a una represalia masiva cuyo alcance resulta imposible prever hoy.

La noche más larga en años deja claro que ninguna línea roja es permanente cuando se trata del pulso nuclear entre Israel e Irán. Y aunque ambos países intenten evitar una guerra abierta total, el margen para contener esta crisis parece haberse reducido dramáticamente tras los acontecimientos históricos vividos hoy.

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