Nestle alegaba que, al tratarse de una empresa suiza, no estaba obligada a respetar las medidas restrictivas impuestas por la Unión Europea
La amenaza de un boicot internacional ha conseguido que la multinacional alimentaria Nestlé suspenda sus compras de leche en las granjas de Grace Mugabe, esposa del presidente de Zimbabue.
Ello supone un triunfo en la lucha contra las prácticas comerciales contrarias a la ética, que son habituales entre las grandes corporaciones internacionales.
Cuenta Vicente Romero en su blog que numerosas organizaciones de derechos humanos se habían mostrado dispuestas a secundar el llamamiento a los consumidores, hecho por la sudafricana AfriForum, para que dejaran de adquirir productos de Nestlé si esta empresa mantenía sus negocios con la señora Mugabe, cuya producción láctea proviene de la granja Gushungo y otras fincas usurpadas a punta de pistola.
UN PALACIO DE 25 DORMITORIOS
Estremece pensar que un tirano como Robert Mugabe, además de impulsar el asesinato, la tortura y el chantaje, vive en la abundancia en medio de la miseria. Entre sus tropelías está haberse hecho construir una mansión de 25 habitaciones a cuenta del erario público, mientras el 80% d ela población de Zimbabue está en el paro y 5 millones de ciudadanos revientan de hambre.
Más reciente, porque ocurrió en febrero de 2009, fue la fiesta con la que el sátrapa celebró su 85 cumpleaños:La lista no tiene desperdicio:
«2.000 botellas de champán (preferentemente Moët & Chandon y 61 Bollinger), 8.000 langostas, 100 kilos de gambas, 4.000 porciones de caviar, 3.000 patos, 16.000 huevos, 3.000 tartas de chocolate y vainilla y 8.000 cajas de bombones Ferrero Rocher».
Bajo el yugo asfixiante de Mugabe, Zimbabue se ha convertido en la peor economía del mundo. El banco central decidió revaluar el dólar zimbabuense una vez más y eliminar 12 ceros de su moneda para intentar frenar la hiperinflación que asola al país y evitar el colapso, con un 94% de la población en paro.
El país surafricano batalla contra la inflación más alta del planeta, estimada oficialmente en un 231.000.000 %, y se enfrenta a una escasez severa de alimentos y divisas.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) decidió el pasado febrero redistribuir sus mismos lotes de ayuda, aunque crezca cada mes alarmantemente el número de bocas a alimentar, porque el Gobierno robaba todo.
La población de Zimbabue sufre el peor brote de cólera de su historia. Más de 3.000 personas han muerto por la epidemia y unas 60.000 han sido infectadas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
EL DESAFÍO DE LA MULTINACIONAL
Al principio Nestlé desafió a la opinión pública y pretendió justificar su desvergonzada política comercial afirmando que, al tratarse de una empresa suiza, no estaba obligada a respetar las medidas restrictivas impuestas por la Unión Europea.
Así, aunque el Parlamento Europeo mantuviera a madame Mugabe en su lista negra oficial desde el 22 de julio de 2002, Nestlé no vacilaba en comprarle un millón de litros de leche al año.
La multinacional se declaró ‘obligada’ a adquirirla, a causa de la ruina de otros proveedores locales… ruina provocada por el régimen de Robert Mugabe.
Pero, finalmente, el miedo a que el anunciado boicot le hiciera perder clientes en todo el mundo hizo que Nestlé anulara los contratos que jamás debió firmar con la esposa del tirano de Zimbabue.
EL CHANTAJE A ETIOPÍA
Llovía sobre mojado. A finales de 2002 Nestlé reclamó que Etiopía le pagase una factura de alimentos infantiles por seis millones de dólares, sin importarle la hambruna que en esos momentos azotaba al país africano.
Seis millones de dólares suponen una cantidad muy pequeña para compañías tan grandes como Nestlé. Es mucho mayor el daño económico que puede causarles el que los consumidores conozcan algunas de las prácticas comerciales contrarias a la ética más elemental.
Como fue entonces la factura etíope de Nestlé y acaba de ser ahora su negocio de la leche en Zimbabue.