Y uno, aún más tonto, que hace de ministro de Exteriores que pretende que nos lo creamos todos
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El Gobierno Zapatero está comprobando en sus propias carnes la «medicina» del Régimen marroquí. Y lo que vale la «amistad» y las cesiones continuas.
El actual presidente del Gobierno, siendo líder de la oposición, y a raíz del asunto Perejil y otros muchos contenciosos en que el gobierno de entonces presidido por Aznar hubo de vérselas con Marruecos, realizó una maniobra de auténtica deslealtad manchando a Rabat en plena crisis a rendir poco menos que pleitesía a su monarca, Mohamed VI .
Desde entonces y hasta ahora España, cambiando su política histórica y mantenida independientemente del color de los Gobiernos y dejando de lado sus responsabilidades y compromisos internacionales, se ha alineado con las tesis marroquíes.
Aceptando todas sus condiciones, claro, no ha habido problemas.
Pero ahora ahí lo tienen. El «caso Haidar» ha hecho añicos toda la tramoya. El sátrapa marroquí ha colocado al Gobierno español en una situación imposible y está jugando con él.
Simplemente los están chuleando. Se están burlando de nuestra diplomacia, sus declaraciones, como las que se produjeron en nuestro propio parlamento, resultan ofensivas y provocadoras. Propias de quien nos ha perdido el respeto.
El ultimo acto , por el momento, la concesión de un permiso para que Aminetu Haidar pudiera viajar a El Aiun, revocado en el último momento es una prueba de cómo se las gastan.
A Zapatero le toca ahora probar esa medicina. A muchos no nos importaría que de una vez comprobara a que sabe. Pero lo malo es que es nuestro presidente y el chuleo no sólo es a él sino a todo nuestro país.
El «amigo marroquí» de siempre. Ahora peor porque hubo tonto, muy tonto, que lo creyó. Y uno, aún más tonto, que hace de ministro de Exteriores que pretende que nos lo creamos todos.
P.D.- Espero, deseo y confio que finalmente Aminetu Haidar pueda regresar a su casa. Es posible que tras propinarnos todas las humillaciones que se les ocurran, el régimen marroquí lo consienta y cumplido su objetivo encima tengamos que darles las gracias.
Sobre el problema saharui en sí he escrito hace muy poco. Pueden pinchar aquí para ir a la entrada: «La última causa justa«