Represión y crecimiento vaticinan la victoria de Zenawi en las elecciones en Etiopía

Represión y crecimiento vaticinan la victoria de Zenawi en las elecciones en Etiopía
. Agencia EFE

El fuerte desarrollo económico de Etiopía en la última década y la creciente represión de la oposición hacen vaticinar la victoria del partido gubernamental, encabezado por el primer ministro, Meles Zenawi, en las elecciones generales que se celebrarán mañana en el país.

Unos 32 de los 80 millones de etíopes deberán decidir entre el robusto crecimiento económico que ha propiciado el actual Gobierno, acusado de reprimir a sus ciudadanos constantemente, y el cambio a una nueva política de una oposición sin experiencia que promete un liderazgo democrático.

Pese a que casi nadie duda de que Zenawi volverá a conseguir la victoria, esta vez tendrá enfrente a una coalición en la que muchos componentes son antiguos correligionarios suyos, críticos con las posturas autoritarias del Frente Democrático Revolucionario Popular (EPRDF) en los últimos años.

El ex presidente Negaso Gidada, el ex ministro de Defensa Siye Abraha y los antiguos miembros del Comité Central del EPRDF, Gebru Asrat y Aregash Adane, entre otros, han constituido el Medrek (Foro en amárico), un coalición de ocho partidos que es la principal fuerza opositora.

Para frenarlos, Zenawi ha recordado que, en la última década, la construcción de infraestructuras, como carreteras, edificios o grandes embalses, se ha convertido en algo común en la mayor parte de Etiopía, con un 30 por ciento de financiación internacional.

Los gastos públicos se han multiplicado, especialmente en los últimos cinco años, y las reformas fiscales han llevado a que la renta pública se haya incrementado desde menos del cinco por ciento del PIB en 1990 hasta casi el 15 por ciento este año.

Con sus ambiciosos planes de transformar Etiopía por medio de la agricultura, el EPRDF de Zenawi ha propiciado un crecimiento de más del 10 por ciento anual en los últimos seis años.

El EPRDF ha centrado su política económica en la agricultura, para tratar de revertir la situación y conseguir su seguridad alimentaria, en un país que ha recibido tradicionalmente mucha ayuda internacional para nutrir a su población.

Los grupos opositores, sin embargo, han acusado a Zenawi de no ir en la dirección de la reformas estructurales que el país necesita y de «menospreciar el papel fundamental que la industria debe tener en el desarrollo de Etiopía», según ha señalado Lidetu Ayalew, presidente del Partido Democrático Etíope (EDP).

El Gobierno ha respondido que, aunque la agricultura ha tenido un crecimiento espectacular, también la industria ha crecido en gran medida y que Etiopía está muy cerca de alcanzar los Objetivos del Milenio, planteados por la ONU, en educación y salud.

En materia política, la oposición también ha acusado al Gobierno de aprobar, desde 2008, «armas legales» para impedir la discrepancia con el régimen y coartar la libertad de expresión, al tiempo que encarcelaba a algunos destacados disidentes.

«Mostrar disensiones (con el régimen) es muy peligroso en Etiopía», ha dicho la directora para África de la organización Human Rights Watch (HRW).

Según HRW, que junto a otras organizaciones de defensa de los Derechos Humanos ha criticado al régimen de Zenawi, «el partido gobernante y el Estado se están convirtiendo en una sola cosa y el Gobierno usa toda la fuerza de su poder para eliminar a la oposición e intimidar a la población».

También ha acusado al EPRDF de utilizar su control sobre las administraciones locales para no repartir la ayuda, servicios y empleos entre quienes apoyan a la oposición.

Pocos días antes de las elecciones, las autoridades de Addis Abeba limitaron el movimiento de diplomáticos y ciudadanos extranjeros, al tiempo que imponían restricciones para la observación de los comicios y para el trabajo de los periodistas.

El Gobierno ha intervenido también para evitar que organizaciones no gubernamentales (ONG) dedicadas a promover un régimen democrático hayan tenido que limitar o abandonar sus actividades.

En esta ocasión, no se han podido llevar a cabo los debates en los ayuntamientos que tuvieron lugar en 2005 entre los líderes políticos y que transmitían los medios de comunicación públicos.

En estas circunstancia, un número que puede ser decisivo de votantes, críticos con el régimen, no se han registrado debido a su indiferencia sobre unos comicios que consideran que Zenawi ganará «con trampas».

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