Amnistía Internacional teme que hoy se pueda producir un baño de sangre con motivo del referéndum sobre una nueva Constitución en Kenia, que sustituiría a la actual, que data de 1963, cuando el país se independizó de Gran Bretaña.
Por ello, la organización ha pedido a los políticos kenianos que no inciten al odio étnico o a la violencia y las fuerzas de seguridad protejan a la población de violaciones de derechos humanos.
«Otro baño de sangre no es inevitable si los políticos kenianos actúan de manera responsable, no aumentan las tensiones étnicas y evitan hacer declaraciones que puedan interpretarse como incitación al odio étnico o a la violencia», comentó Justus Nyang’aya, director de Amnistía Internacional en Kenia.
Amnistía afirma que el país vive un momento de tensión alta y recuerda que las elecciones presidenciales de diciembre de 2007 causaron una ola de violencia que se saldó con cerca de 1.000 muertos y unos 500.000 desplazados.
Entonces, según señala esta organización, algunos policías y agentes de seguridad emplearon una «fuerza excesiva», incluyendo el disparo de munición real contra multitudes de personas, con el propósito de sofocar la violencia y las protestas masivas.
Esta ola de violencia concluyó con alternancia en el poder y con la redacción de una nueva Constitución, que deberá ser sometida hoy a referéndum y que, si resulta aprobada, establece límites al poder del presidente y garantiza una mayor descentralización regional.