La ONU propone una ‘Economía verde’ que costaría el 1% del PIB mundial

La transición hacia una ‘Economía Verde’ a nivel mundial costaría aproximadamente el 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), es decir menos de un tercio que todos los programas de estímulo mundiales existentes en la actualidad y, para ello el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha realizado un informe, que saldrá a la luz a finales de este año, en el que se realizan propuestas concretas sobre once sectores, entre los que destacan: pesca, transporte y agua.

Según un avance de contenidos de este documento al que ha tenido acceso Europa Press, el informe de la Iniciativa de Economía Verde, que ha sido coordinado por Green Economy Initiative incluye recomendaciones dirigidas a los líderes mundiales de cara a lograr una economía verde, que se caracteriza por el incremento «sustancial» de las inversiones en sectores económicos que aumentan el capital natural de la Tierra o reducen las carencias ecológicas y los riesgos ambientales.

En materia de pesca, el documento señala que convertir la pesca en un sector más verde aumentaría los beneficios de las empresas pesqueras en todo el mundo de 8.000 a 11.000 millones de dólares anuales e incrementaría los ingresos de las familias que dependen de la pesca de 35.000 millones de dólares a 44.0000 millones de dólares anuales.

«Hacer que la pesca sea un sector más verde, mediante la recuperación de bancos agotados y la aplicación de una gestión eficaz podría aumentar las capturas en el mar de 80 a unos 112 millones de toneladas al año, lo que podría generar un valor total de 119 millones de dólares actuales, frente a los 85.000 actuales», añade el informe.

A tal fin, propone reformar los subsidios a la pesca y otras distorsiones económicas, mejorar los costes de adaptación a una pesca sostenible, construir instituciones nacionales, regionales e internacionales eficaces y reforzar la reforma de regulación y gestión de pesquerías.

Además, en materia de transporte, precisa que «es probable» que el coste medioambiental, social y económico del transporte alcance o supere el 10 por ciento del PIB de un país. Por este motivo, considera «imprescindible un cambio radical en las pautas de inversión» que se base en los principios de evitar o reducir los viajes, mediante la integración del uso de la tierra y la planificación del transporte.

En ese sentido, propone evolucionar hacia formas de transporte más sostenibles, como el transporte público y el no motorizado y promover vehículos más limpios y eficientes.

Por otro lado, respecto al agua, denuncia que los recursos hídricos mundiales están decayendo al tiempo que la demanda aumenta, por lo que la escasez de agua se está convirtiendo en «un fenómeno global que pondrá en peligro la seguridad de las naciones». Asimismo el informe considera que muchos recursos hídrico son gestionados «ineficazmente» y que en muchas regiones se prevé una «escasez severa y crónica a partir de 2030», al tiempo que añade que la «escasez crónica de agua es ya una realidad».

A este respecto, el informe del PNUMA manifiesta que son «esenciales» regímenes políticos que faciliten una adaptación rápida a unas condiciones de suministro y demanda cambiantes. «Es necesario diseñar sistemas de distribución compatibles con un cambio repentino hacia un sistema climático más seco», concluye el texto.

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