Al Shabaab ejecuta a dos menores acusadas de espionaje

El grupo islamista Al Shabaab ha ejecutado públicamente a dos adolescentes, de 15 y 16 años de edad, en el pueblo de Beledweyne, en la zona central de Somalia, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.

Un centenar de personas ha asistido a la ejecución de las dos menores, que han sido asesinadas con los ojos vendados y sin que se les permitiera hablar con sus familias desde que fueron capturadas por los milicianos integristas.

Un portavoz de Al Shabaab, el jefe Yusuf Ali Ugas, ha reconocido que su grupo ha matado a las dos menores de edad y ha asegurado que ambas «admitieron» haber «espiado» para el «enemigo», en referencia al Gobierno de Transición de Somalia.

«Esas dos niñas eran demonios y espiaban para el enemigo, pero los muyahidines las capturaron y, después de una investigación, ellas admitieron su crimen, por lo que han sido ejecutadas», ha asegurado el ‘comandante’ de Al Shabaab en Beledweyne.

Un periodista local ha explicado a la CNN que las dos adolescentes fueron atadas a un árbol y, con los ojos vendados, fueron ejecutadas. Uno de los testigos presenciales de la ejecución ha añadido que «las niñas estaban asustadas y lloraban» pero «nadie pudo hacer nada por ellas».

Sólo uno de los familiares de las dos asesinadas por el grupo islamista se ha atrevido a dar su versión sobre la captura y la ejecución de las dos menores de edad. Bajo la condición de anonimato, el familiar ha dicho que su prima, la niña de 16 años llamada Ayan Mohamed Jama, era «absolutamente inocente» y que el grupo islamista le capturó en el pueblo de El Gal y «simplemente» le acusó «de lo que no había hecho».

El familiar aseguró que Al Shabaab se negó a aceptar la petición de las familias de las dos menores de edad cuando permanecían detenidas y «las ejecutó en público», hecho que consideró «inhumano y cruel»

El familiar de la niña asesinada por los milicianos subrayó, por último, que su prima «nunca tuvo ningún contacto con el Gobierno en toda su vida, ni siquiera tuvo un teléfono móvil». «No podemos entender cómo le acusaron de ser una espía», concluyó.

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