La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguró hoy en el Congreso de los Diputados, donde se celebra el debate sobre Presupuestos, que priorizará la promoción del castellano y el resto de lenguas cooficiales en el extranjero.
El fomento del conocimiento de la cultura y las lenguas españolas es una de las prioridades del departamento de Exteriores que aporta al Instituto Cervantes 86 de los 102 millones de euros de su presupuesto anual.
Según indicó ante el pleno, éste es un Presupuesto «austero», en consonancia con lo asignado a toda la Administración General del Estado y con el objetivo de ajustarse al Plan Estabilidad europeo, sin renunciar a «nuestras metas».
Señaló como una de ellas, la de destinar el 0,7% del PIB a cooperación internacional y al cumplimiento de los Objetivos del Milenio, aún cuando esa aportación en España supera ahora en poco el 0,4%.
En ese sentido, señaló que «se mantendrá la ayuda al desarrollo», en la que Exteriores participa con el 48,4% del total, mientra que en 2004, su participación era del 19,4%.
Jiménez insistió en que «nuestro presupuesto sigue gozando de una perspectiva evolutiva saludable» para afronar sus obligaciones en materia de acción exterior del Estado y de cooperación internacional.
El criterio de austeridad, explicó, se ha aplicado en a la reestructuración de un ministerio que ha perdido una secretaría de Estado y varias direcciones generales. Este «redimensionamiento» permitirá lograr los objetivos marcados «con una estructura más ligera».
En materia de acción exterior, dijo, las prioridades son la defensa de la paz y la seguridad, la protección de los derechos humanos, la promoción de los valores democráticos y preservación de la legalidad internacional.
La asistencia consular se centrará en la atención a ciudadanos españoles en el extranuero, la canalización del flujo de ciudadanos extranjeros y el apoyo a las empresas españolas en su acción internacional.
SIDA Y AGUA
El diputado del PP Gonzalo Robles arremtió contra el Gobierno por recortar, dijo, de manera arbitaria e irreflexiva el presupuesto de coopeación, que sufre un «recorte de 1.290 millones euros, un 37% del total».
Denunció que ese recorte se hace de manera arbitraria en cooperación multilateral, lo que afectará a las aportaciones españolas a los fondos internacionales del «sida, tubercolisis y malaria» y al del «agua».
Robles se preguntó cuántas de las 700.000 personas que reciben tratamiento con retrovirales a costa de la aportación española se quedarán sin tratamiento por el recorte, y cómo afectará la restricción del gasto al Fondo del Agua, que en paises como Haití, es fundamental para limitar los efectos del cólera.
El diputado se repartió el turno en defensa de las enmiendas populares con su compañero Francesc Ricomá, quien criticó unos «presupuestos continuistas» y defendió sus enmiendas que modifican aquellas partidas que se refieren a «gastos corrientes, en especial quellos que se caracterizan por la arbitrariedad u opacidad» como los destinados a subvencionar estudios e informes, según dijo.
Ricomá abogó por la defensa de los «derechos humanos en zonas sensibles» y por mantener las partidas destinadas a «proteger a los que sufren violacion de los derechos humanos» en vez de convertir al Gobierno en «testataferro» de Cuba o en cómplice de las «regresiones democráticas» que se producen en Venezuela.
Para el portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, la «notable reducción» presupuestaria que afecta a Exteriores pone en peligro la reforma de los servicios exteriores de España, que «consideramos prioritaria y fundamental».
La mayor preocupación de los convergentes es que esta reforma inconclusa pueda suponer un límite a la «internacionalización y globalización de nuestra economia» y a la presencia exterior de las empresas españolas.
Según el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, con este presupuesto el ministerio que dirige Jiménez «corre el riesgo de ser el Ministerio de Intereses Exteriores» porque abandona la combinación imprescindible de «diplomacia de valores y derecho internacional con los intereses».
Últimamente, denunció, «sólo hablan de intereses», mientras que los derechos humanos «han quedado para otro momento». Llamazares insistió en que «cada vez hay menos de cooperación» y en que cada vez más «nos alejamos vertiginosamente del 0,4%», muy lejos de objetivo óptimo del 0,7%.
