No creo se pueda juzgar una revolución por su teatralidad
George Chaya es periodista y analista político experto en Oriente Medio, autor de títulos indispensables para entender la geopolítica de la región como ‘La Yihad Global’. Chaya se encuentra en El Cairo siendo testigo privilegiado de las protestas populares contra el régimen de Hosni Mubarak y accedió a ser entrevistado por Periodista Digital a través de correo electrónico.
¿A quién repudia más la gente en la calle: a la policía o al Ejército?
R. Este lunes 31 de enero de 2011 la situación ha estado más estable en El Cairo; los días más críticos de represión policial han sido viernes y sábado, el domingo la policía se vio superada por los manifestantes y se replegó por orden gubernamental, lo que generó actos de vandalismo y saqueos como así también inseguridad para viajar por las carreteras egipcias por los robos a manos de grupos armados. Evidentemente la gente ha repudiado a la Policía y las fuerzas de seguridad, ellas han sido las que con su accionar se cobraron más víctimas civiles, aunque también han muerto policías en los enfrentamientos. En relación al Ejercito, los egipcios tienen profundo respeto por la institución fuerzas armadas, y ese respeto es muy superior al que profesan a la policía desde luego.
¿Se siguen sucediendo los saqueos? ¿De qué se está aprovisionando la gente en sus casas? ¿Se puede salir a comprar?
R: Con el desplazamiento del Ejército desde este domingo 30 de enero de 2011 los saqueos y el desorden en la capital parecieran estar bajo control, la gente ha sufrido estos eventos, muchas familias no esperaban que los hechos treparan a niveles que mostró la escalada de violencia y anarquía, no estaban preparados ni aprovisionados para vivir estos sucesos y los comercios tampoco, no ha sido fácil para la gente conseguir alimentos y productos de necesidad básica, sólo algunos market’s del centro de El Cairo continuaron abiertos, en los barrios periféricos, a pesar de la presencia del ejercito, aun continúan siendo inseguros para los comerciantes que optaron por cerrar sus tiendas. No es prudente aún salir a caminar por la ciudad, hay grupos de maleantes y ladrones que han asaltado a muchas personas y colegas, lo mejor es permanecer cercano o dentro del Hotel en nuestro caso, y las familias y los habitantes de la ciudad se mantienen en sus casas. Es de deducir que muchas personas han tenido faltantes de productos de necesidad.
¿Se ve a población civil desplazándose en las ciudades? ¿Tienen la gente agua y electricidad en sus casas? ¿Se siguen suministrando estos servicios con normalidad?
R: La población y las familias en su mayoría se ha mantenido al margen de la revuelta, los manifestantes se estiman en unos 150 mil en todo el país (el dato no es menor si consideramos que Egipto tiene 80 millones de habitantes) y el tumulto en su generalidad lo integran hombres jovenes y de mediana edad, no hay mujeres salvo excepciones raras en las masas. Los servicios de agua y electricidad funcionan ahora normalmente, excepto en barrios periféricos donde han sido saboteados y por ataques de manifestantes fueron daños cables de telefonía y electricidad, no ha faltado agua, pero si hay un estricto control sobre los servicios de comunicaciones, telefonía móvil y servidores de Internet
¿Qué pérdidas estima el país en cuanto al turismo?
R. No hay un estimativo oficial aún, pero vistos los desmanes y los destrozos, no dudo que han sido varios cientos de millones de dólares en infraestructura y en el turismo que suspendió sus viajes a Egipto o se marchó mientras pudo hacerlo, ahora los vuelos están operando de forma irregular en los casos de compañías europeas, la aerolínea de bandera nacional egipcia ha cesado sus operaciones. Sin duda las perdidas en la industria del turismo y los servicios ha sido de gran envergadura, muy importante le diría.
¿Quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores de esta revuelta?
R: En los conflictos políticos de los países árabes siempre hay vencedores y vencidos, y en tal caso la huida del ex Mubarak a Londres con toda su familia marca el final de la pulseada por el poder en primer término. Ahora se abre un interrogante en lo relativo a la sucesión y sobre cual será la agenda del nuevo gobierno en cuestiones geoestratégicas. A mi juicio Occidente no debería permitir que la nueva dirigencia política egipcia que suceda a Mubarak altere la estabilidad regiona.
¿El hijo de Mubarak, Gemal, podría presentarse si su padre le allana el camino dimitiendo? ¿Tendría posibilidades de ganar?
R: La diplomacia occidental ha aceptado perder un aliado en la región, la caída de Mubarak marcara ahora un giro importante en Egipto. El principal país al que concierne este cambio sería Israel, puesto que habrá que ver si las nuevas autoridades egipcias mantendrán las buenas relaciones con Israel tal y como las han practicado Egipto en los últimos 30 años. La dificultad para Occidente es que la única alternativa creíble y con visos de estabilidad del actual grupo dirigente de Husni Mubarak es la candidatura de Mohamned Al-Baradei, quien es bien visto por Occidente por su trabajo en la Agencia Internacional de Energía Atómica, pero el aspirante a suceder a Mubarak tiene el respaldo de la asociación de los Hermanos Musulmanes y ello le resta mas de lo que suma.
Lo que Estados Unidos no puede aceptar es que los islamistas egipcios impongan sus opciones en la orientación política del país, Washington podría aceptar islamistas en el gobierno de Túnez, de Jordania o de Líbano, pero nunca en Egipto. La razón, es la presión del grupo Hermanos Musulmanes en un futuro régimen, ya que estos cuestionarían directamente los Acuerdos de paz firmados en 1979 por el asesinado Pte Anwar El-Saddat.
Esto explica los llamamientos ‘in extremis’ de los gobiernos alemán, francés y norteamericano al régimen de Mubarak para escuchar a la calle y hacer las concesiones necesarias con el fin de mantener la estabilidad. La pregunta es porque Occidente no fue antes en ayuda de Mubarak. Por ultimo le diría que las fuerzas armadas egipcias no quieren un régimen islámico, pero tampoco querían a Gamal Mubarak, el heredero que su padre preparaba para las elecciones de septiembre. Esa y no otra ha sido la razón por la que Husni Mubarak intento negociar desde el domingo su salida del poder.
¿Qué rol debería jugar España en esta revuelta? ¿Qué intereses españoles están en juego?
R: España no tiene un rol activo de momento en el controversial en curso, de hecho se ha mantenido bastante al margen, de momento todo lo que se ha oído provino de Washington, Paris y Bruselas, Alemania recién ayer se pronuncio oficialmente a través de su embajador siguiendo las políticas de la UE, España no ha gozado de una política exterior de buena reputación en Egipto, los acercamientos del gobierno español en el pasado reciente con grupos como Hezbollah y Hamas -enemigos jurados de Mubarak- han quitado protagonismo a España en esta crisis, no es creíble a la vista del régimen egipcio la política ambivalente que ha desarrollado la cancillería española en los últimos 3 años para con la región
¿Qué han tenido que ver las revueltas de Túnez en la situación egipcia actual?
R: Vea, a mi juicio una revolución plena, estalla y llega de manera sigilosa. Y de hecho las causas que hoy vemos en los países árabes pueden ser muy engañosas puesto que lo que se aprecia no parece tener esos ingredientes genuinos, sino que son movilizaciones de algunos miles de pobres manipulados, ya sea por los costes de los alimentos o la escasez laboral.
Las verdaderas revoluciones se gestan en voz baja y no de manera tumultuosa como muestra Al-Jazzera que publicita algunos eventos como muy revolucionarios a través del montaje de un gran teatro callejero. No creo se pueda juzgar una revolución por su teatralidad. Algo real tiene que suceder para que una revolución se produzca, tenga éxito y genere cambios para bien de los ciudadanos, una revolución debe ser algo mas que gritos y consignas en las demandas que piden el fin de un gobierno para reemplazarlo por otro como se esta viendo aquí.
Pero lo que se ve aquí está muy lejos de indicar que los tumultos y las movilizaciones en Oriente Medio sean revoluciones genuinas. Muchos de los saqueos y desmanes que se están produciendo por estas horas en Egipto, que con mucho es el más importante país árabe afectado por las movilizaciones populares, no son liderados por verdaderos demócratas, sino por miembros de organizaciones como la hermandad musulmana, la yihad islámica, el Hamas, Hezbollah y grupos islamistas que están utilizando reclamos genuinos de la población pobre y marginada social, económica y laboralmente; pero ahora, ya sin Mubarak en el poder, habrá que ver si Egipto pasa de un gobierno unipersonal secular y totalitario a un régimen teocrático y absolutista o a una democracia participativa y real, lo cual es bastante difícil.
Vea, hablando con la gente aquí, no deja de ser curioso como muchas personas del pueblo, gente común, culpan a Irán de las ciadas de los presidentes de Túnez y Egipto. Y lo cierto es que Los mullah han estado efectuando declaraciones públicas donde afirman ser los inspiradores de las insurrecciones. Y aunque esto no tiene sentido, y ellos lo saben, pues pocos jordanos o egipcios quieren vivir en la versión árabe de la República Islámica de Irán, así funcionan no pocos países en la región. De allí que aquellos en la opinión pública y la prensa que suponen que los árabes son los revolucionarios apoyando revoluciones democráticas contra las tiranías regionales, hay que decirles que eso es falso y peligroso.
Nadie debería apoyar a los dictadores; pero el destino de Egipto debe ser determinado por los propios egipcios, y cuidado, porque algunos de ellos «desean ser verdaderamente libres»; pero otros pretenden instalar una tiranía teocratica peor que la de Mubarak y eso es todo lo contrario de la libertad. Nada mas hay que recordar las elecciones «libres» en Gaza que depositaron en el poder a los terroristas de Hamas o el golpe de estado reciente en Líbano que sitúo a Hezbollah en el poder de las instituciones democráticas libanesas y allí verán como los yihadistas dan al traste con las libertades democráticas y los derechos humanos sin ningún apego por la ciudadanía
¿Cree que esta ola de protestas llegará a Marruecos?
Vera usted, las cosas nunca son tan malas como parecen, siempre pueden ser peor. Entonces ¿cómo evaluar y analizar estas problemáticas? El punto innegable es que está en juego el avance del yihadismo radical, o por el contrario, su freno y el desmantelamiento de esa ideología que genera los peores males de los pueblos árabes. Desde Yemen a Irán, del Líbano a Somalia, de Egipto a Jordania, Siria y Túnez, se ven tumultos y movilizaciones porque hay un gran numero de diferentes energías en juego, y en muchos casos, no hay manera de saber quién toma las decisiones y las organiza localmente, por no hablar de las decisiones que deberían ser tomadas para neutralizarlas. Por tanto, a quienes no conocen los avatares políticos del Oriente Medio y al mundo árabe-islámico, permítame decirles: «Bienvenidos al mundo real».
Esta y no otra es la realidad del mundo árabe actual, ese mundo que se debate entre vetustas y descascaradas dictaduras o el avance de la ideología yihadista que intenta expandirse en la región. Claro que Marruecos no esta exento de padecer lo mismo que Túnez y Egipto, pero en estas problemáticas, es vital el aparato de seguridad y las fuerzas armadas de los países en cuestión, el ex presidente Ben Ali no cayó por las masivas movilizaciones populares, su régimen se derrumbó cuando perdió la protección de los organismos de seguridad y de su ejercito.
Lo mismo sucedió con Mubarak y su régimen que naufragó al igual que el tunecino. Y lo mismo puede ocurrirle a Mohamed VI en Marruecos y a Bachar Al-Assad en Siria o al Rey Jordano. Pero más allá de eso, Occidente esta jugando con fuego. Esperemos que el presidente Obama comprenda cuan peligrosos son los jugadores regionales involucrados para la estabilidad y la paz que justamente él dice buscar en la región. Algunos de sus asesores debería explicarle que, paradójicamente, este es el momento adecuado para apoyar el Movimiento Verde en Irán y a los revolucionarios del Cedro en Líbano. Si vamos a alabar a los combatientes de la libertad de Túnez y Egipto, qué esperamos para saludar y apoyar a los mártires del Líbano e Irán que han sido y están siendo sacrificados en las cárceles y las calles de sus países aunque esto no sea oficialmente reconocido.