Un equipo de evacuación humanitaria encabezado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo de varios países, ha evacuado a más de 50.000 inmigrantes que habían quedado varados en campamentos de Túnez y Egipto próximos a la frontera con Libia.
Estos refugiados fueron repatriados por aviones y barcos proporcionados por diferentes gobiernos, según recordaron este viernes ambos organismos de la ONU.
«Esta es una de las mayores evacuaciones humanitarias de la historia», afirmó el director general de la OIM, William Lacy Swing.
La OIM calcula que más de un millón de trabajadores migrantes continúan en Libia, muchos de ellos de África subsahariana.
Cuando comenzó el éxodo por las revueltas sociales, más de 17.000 personas huyeron de Libia y se hacinaron en un campo con el apoyo de Acnur en la frontera de Túnez, con el propósito de regresar a sus países de origen.
Actualmente, unas 6.500 personas permanecen varadas en lugares fronterizos de Libia con Túnez y Egipto, y unas 1.500 en Argelia y Níger.
Acnur y la OIM afirmaron que la mayoría de estas personas desplazadas y refugiadas serán evacuadas en vuelos durante este fin de semana, aunque apuntaron que entre 1.500 y 2.500 cruzarán las fronteras de Libia con Túnez y Egipto «todos los días».
Por otro lado, ambos organismos de la ONU hicieron un llamamiento a los gobiernos donantes para que renueven su financiación y los recursos logísticos, con el fin de iniciar una segunda fase de las evacuaciones.
«La generosa financiación y contribuciones en especie han permitido hasta el momento evacuar con seguridad a más de 50.000 inmigrantes desesperados por estar en casa. Sin embargo, otros miles todavía necesitan ayuda», subrayó Swing.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, agradeció la «impresionante» ayuda de los países que han colaborado para la repatriación de las personas desplazadas, pero advirtió de que «esta crisis humanitaria no ha terminado».
