Human Rights Watch (HRW) deploró este lunes que el Gobierno sirio autorice el empleo de fuego real contra los manifestantes que reclaman reformas en el país, como ocurrió el 18 y el 20 de marzo de este año en la ciudad sureña de Daraa, con el balance de al menos cinco muertos.
«El Gobierno sirio no ha mostrado reparos en matar a tiros a sus propios ciudadanos por hablar», denunció Sarah Leah Whitson, directora de Oriente Medio y Norte de África de HRW.
Whitson afirmó que los manifestantes sirios «han mostrado una valentía increíble por atreverse a protestar públicamente contra uno de los gobiernos más represivos de la región y no deberían pagarlo con sus vidas».
Este domingo se celebraron protestas por tercer día consecutivo en Daraa. Una vez más, las fuerzas gubernamentales dispararon contra los manifestantes y utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los convocados, según HRW.
Human Rights señaló que las fuerzas de seguridad deben usar la fuerza letal «sólo cuando sea estrictamente necesario» para proteger la vida.