Cuatro acusados de ayudar a huir a autores de los atentados niegan cualquier vinculación con los terroristas

Cuatro acusados de ayudar a huir a autores de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid han negado esta tarde ante un tribunal de la Audiencia Nacional presidido por la juez, Angela Murillo, cualquier vinculación con las personas relacionadas con la explosión de mochilas-bomba en los trenes de cercanías.

Los procesados Zohair Khadiri, Djilali Boussiri, Nasreinne Ben Laidne Amri y Abdelkrim Lebchina habrían colaborado –según defiende el Ministerio Público y las acusaciones particulares y populares– en la huida de seis autores materiales del 11-M: Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane, que se habrían suicidado en Irak; Abdelilah Hriz, condenado a 20 años de cárcel en Marruecos por la matanza; Mohamed Belhadj, encarcelado en este país; y Said Berraj y Otman el Mouib, que se hallarían en paradero desconocido. Se enfrentan a penas de entre 8 y 13 años de cárcel por delitos de integración, colaboración y falsificación de documentos.

Todos ellos pasaron por un inmueble conocido como ‘Alkalaa (el refugio)’, situado en el número 20 de la calle San Francesc de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

El primero en declarar ha sido Zohair Khadiri acusado de enviar, en connivencia con Omar Nachka, condenado por la ‘operación Nova’, dos remesas de 300 y 400 euros en abril de 2005 a Hammad Lahsini para que se las hiciera llegar a Belhadj, al que «alojó, acompañó y aportó documentación falsa» para salir de España, así como otra de 500 euros que tenía como destinatario a Abdelillah Hriz. Además, mandó, según la Fiscalía, otros 400 euros para financiar una red dedicada al reclutamiento y envío de voluntarios terroristas pertenecientes al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC).

Khadiri ha negado cualquier relación con los hechos y ha indicado que no conoce a ninguna de las personas relacionadas con los atentados en los trenes de cercanías de Madrid. «No conozco a nadie de esa gente», ha dicho.

Además, ha indicado que los únicos envíos de dinero que hizo antes de ingresar en prisión estaban destinados a su padre y ha justificado la falta de fondos en la cuenta en la que ingresaba su salario como albañil indicando que «tenía multas de moto» que provocaban que le embargaran dinero.

Por su parte, Djilali Boussiri, de nacionalidad argelina, ha reconocido conocer a Daoud Ouhnane alegando que la localidad de Santa Coloma es «un pueblo pequeño» aunque ha negado cualquier conocimiento de su implicación en los atentados.

Este procesado está relacionado con una llamada telefónica a Irak al hermano de Ouhnane para informarle del resultado de las investigaciones que se seguían en España en su contra y se le acusa de intermediar con un tal Omar del que recibía envíos de dinero para facilitar su inmolación en nombre de la ‘guerra santa’, que finalmente se produjo en septiembre de 2006.

A la pregunta de uno de los abogados de las acusaciones particulares, sobre si le preocuparon los atentados del 11-M, el acusado ha respondido: «no». Después, ha añadido que reconoció en una revista una fotografía publicada de Ouhnane.

En el juicio, que contó con la presencia entre el público de las presidentas de asociaciones de víctimas Pilar Manjón y Angeles Pedraza, se encuentran personadas, además de la Fiscalía, seis acusaciones particulares en representación de víctimas de los atentados y tres populares: Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo (Manjón), Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M (De Pablo) y la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

«YO NO MATO NI A UNA MOSCA»

La declaración de Nasreinne Ben Laidne Amri ha seguido la misma línea que las anteriores: si bien ha reconocido conocer de vista «por coincidir en un bar» a personas relacionadas con la trama islamista vinculada con las explosiones, ha negado todas las acusaciones en su contra. «Yo no mato ni a una mosca», ha dicho en la sala de vistas.

Ben Laidne Amri, al que se incautó en su vivienda maquinaria destinada a la falsificación de documentos, ha rechazado incluso haberla utilizado con fines ilícitos. «Me interesó un tiempo como afición pero después la dejé abandonada», ha indicado. El fiscal Miguel Angel Carballo defiende que colaboró en la huida para su inmolación en Irak de Mohammed Afallah.

Por su parte, Abdelkrim Lebchina, de nacionalidad marroquí, acusado de ocultar en Madrid a Abdelilah Hriz entre marzo y octubre o noviembre de 2009 a pesar de conocer que había participado en los atentados. Lebchina ha indicado que albergó a Hriz en su vivienda durante aproximadamente tres semanas y que accedió a ello porque en la casa ya habitaba su primo, pero ha asegurado que desconocía su relación con personas radicales.

También ha reconocido haber acudido a la vivienda situada en la calle Virgen del Coro de Madrid, propiedad de los hermanos Almallah Dabas, donde, según indica la sentencia de la pieza principal de la causa del 11-M, se llevaron a cabo reuniones de adoctrinamiento yihadista, al igual que a partidos de fútbol en los alrededores del río Alberche.

El juicio, señalado hasta el próximo martes, se reanudará mañana con el inicio de la prueba testifical.

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