TRIPOLI, 24 (Reuters/EP)
El viceministro de Exteriores de Libia, Jaled Kaim, ha negado que el Gobierno sea el responsable de los cortes en el suministro de agua y electricidad a la ciudad de Misrata, en el este del país, uno de los bastiones rebeldes. Así, ha argumentado que estas deficiencias se deben a los problemas técnicos causados por los ataques.
«Hemos oído esos rumores de que el Gobierno ha cortado intencionadamente los suministros, pero es solo un problema técnico causado por los daños y los saqueos», ha dicho Kaim, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por otros funcionarios.
En la misma línea, el responsable de planificación de la compañía estatal de agua, Omar al Mislati, ha rechazado estas acusaciones y ha aseverado que las interrupciones del servicio se deben a los daños causados en las infraestructuras. «Nosotros no lo hemos cortado», ha insistido.
Su colega de la eléctrica estatal, Mustafá Hassan, ha respaldado esta versión. «Debido a la crisis (política), los suministros han resultado gravemente dañados. Estoy totalmente en desacuerdo con quienes dicen que los hemos cortado a propósito», ha espetado.
En cambio, los residentes en Misrata aseguran que estas deficiencias son consecuencia de la ofensiva de las fuerzas del mandatario, Muamar Gadafi, que el miércoles volvió a atacar la ciudad, pese a la presencia de la coalición internacional en el espacio aéreo del país.
El viceministro ha negado también estas afirmaciones, asegurando que las tropas gubernamentales no han participado en ninguna operación militar desde el domingo, cuando se anunció el último alto el fuego. Además, ha reiterado la solicitud de las autoridades libias del cese de los combates.
«Creemos que el alto el fuego debe ser para todos, no solo para el Ejército. Los rebeldes, las milicias armadas no deberían beneficiarse de los ataques aéreos de la coalición», ha señalado Kaim.
Se calcula que durante los últimos cuatro días, unas 70.000 personas se han visto privadas del servicio de agua corriente y otras 10.000 del eléctrico, solo en Misrata, una ciudad con 300.000 habitantes.
