La Unión Africana (UA) intentará acordar este domingo una hoja de ruta para el proceso de pacificación en Libia pese al fracaso de todos los anteriores intentos de terminar las hostilidades entre las fuerzas del líder libio, Muamar Gadafi, y los rebeldes, que intentan expulsar del poder al dirigente africano, según ha informado la cadena estadounidense CNN.
La reunión tendrá lugar un día después de que el Gobierno libio haya denunciado la muerte de 15 civiles a consecuencia de un bombardeo de la OTAN sobre la ciudad de Brega, un ataque reconocido por la Alianza que, no obstante, ha negado categóricamente la existencia de víctimas civiles en el transcurso de la operación.
El Comité Especial de la UA para Libia, creado en marzo, mantendrá dicha reunión en Pretoria (Sudáfrica) para discutir las diferentes posibilidades que llevaran al fin de los combates que sacuden el país desde hace meses y que han dejado decenas de miles de fallecidos.
Diversas ONG como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han señalado que la prioridad ha de ser la situación de los civiles envueltos en conflicto armado. Ambas organizaciones han culpado al régimen de Gadafi de violaciones de los Derechos Humanos.
La OTAN comenzó sus ataques sobre territorio libio en marzo después de la aprobación de la Resolución 1973 por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, que permitía la creación de una zona de exclusión aérea y el uso de todos los medios necesarios –excepto la invasión terrestre– para asegurar la seguridad de la población civil.
Gadafi ha respaldado durante años a la UA y ha donado grandes sumas de dinero a la organización. Libia ocupa además uno de los 15 asientos del Consejo de Paz y Seguridad de la UA, encabezado por el argelino Ramtane Lamamra.
Por ello, los líderes de la oposición han mostrado su escepticismo ante los intentos de mediación de la organización, ya que consideran que podría beneficiar los intereses del mandatario libio.
Durante el mes de abril, la UA intentó auspiciar un proceso de paz entre ambos bandos y afirmó que Gadafi había aceptado detener todas las hostilidades y permitir a las fuerzas internacionales ayudar a mantener la paz en el país.
Sin embargo, los rebeldes rechazaron la propuesta al considerar que no se contemplaba la retirada de Gadafi del poder ni se daba solución a la violencia ejercida contra la población civil.
