El Ejército birmano usa a presos comunes como porteadores y escudos humanos

El Ejército birmano utiliza a presos comunes como porteadores y escudos humanos en las situaciones de conflicto armado, una práctica que constituye un crimen de guerra y que se viene documentando al menos desde 1992, según revela un informe conjunto de las organizaciones Human Rights Watch y Karen Human Rights Group hecho público este miércoles.

El informe ‘Condenados a muerte: presos porteadores en las líneas del frente en el este de Birmania’ recoge los testimonios de 58 presos porteadores que lograron escapar y que habían sido empleados en operaciones militares en el estado de Karen y en la región de Pegu a lo largo de 2010 y 2011.

Los testigos denunciaron que, durante su cautiverio, habían presenciado ejecuciones sumarias, habían presenciado o sufrido torturas y palizas, habían sido utilizados como «escudos humanos» para detonar minas terrestres y proteger a los soldados del fuego enemigo y habían sido privados de atención médica y alimentos y de refugio adecuados.

Los porteadores entrevistados eran hombres de entre 20 y 57 años y entre ellos figuraban autores de delitos tanto graves como leves. Las autoridades penitenciarias habían seleccionado grupos de entre 30 y 150 presos para ejercer de porteadores, aparentemente de forma aleatoria en los centros penitenciarios de Birmania.

Después de ser seleccionados, los presos eran transportados a zonas de concentración con 500 a 700 presos cada uno y posteriormente asignados a distintas unidades del Ejército birmano. Una vez que eran trasladados al frente, se quedaban allí indefinidamente «trabajando en condiciones inhumanas y peligrosas sin remuneración», denuncia el informe. «Ninguno de los presos entrevistados se había ofrecido como voluntario para este servicio», añade.

«Los presos porteadores son las mulas de carga humanas desechables del Ejército birmano, que cargan suministro a través de campos de batalla repletos de minas», señaló la subdirectora para Asia de Human Rights Watch, Elaine Pearson.

«La práctica salvaje del uso de presos porteadores ha sido una característica del conflicto armado en Birmania durante al menos 20 años, exponiéndoles a los peligros del conflicto armado con total desprecio por su seguridad», señaló el director del Karen Human Rights Group, Poe Shan. «El Ejército también obliga a otros civiles a trabajar de porteadores pero, dado que la población civil suele huir de las zonas de conflicto, continúa utilizando presos», añadió.

PRACTICA DOCUMENTADA DESDE 1992

Según Human Rights Watch y el Karen Human Rights Group, el uso de presos porteadores no es una práctica aislada ni es el resultado de la crueldad de «algunas unidades o comandantes», sino que viene documentándose de manera creíble desde 1992. Las autoridades birmanas habían admitido en el pasado la existencia de esta práctica, pero habían asegurado que los presos no estaban expuestos a las hostilidades.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lleva planteando la cuestión de los presos porteadores al Gobierno birmano desde 1998, pero el problema persiste, especialmente durante las principales operaciones militares ofensivas, según el informe.

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