El segundo hijo del derrocado dictador libio ha sido capturado con varias heridas

Saif al Islam, detenido al sur de Libia, cuando intentaba huir a Niger

Las autoridades libias dicen que será juzgado por asesinatos, represión y corrupción.

Saif al Islam, detenido al sur de Libia, cuando intentaba huir a Niger
Saif al-Islam Gadafi. EP

Saif al Islam, el segundo hijo del derrocado dictador libio Muamar Gadafi, ha sido detenido este sábado 19 de noviembre de 2011 en Ubari, a 800 kilómetros al sur de Trípoli, según ha informado el Consejo Nacional de Transición libio a la cadena de televisión Al Arabiya.

El representante del CNT en Ubari, Musa al Kuni, informó de que Saif se encontraba en una zona montañosa rodeado por todos los flancos y decidió entregarse sin resistencia.

De acuerdo con la cadena Al Yazira, el hijo de Gadafi intentaba huir a Níger e iba acompañado por tres colaboradores.

El CNT ha añadido que se encuentra bajo custodia y ha sido trasladado en helicóptero hasta Zintan (a 150 kilómetros al sur de Trípoli), donde permanecerá bajo arresto hasta la formación del nuevo Gobierno libio.

Está previsto que el primer ministro designado por el Consejo Nacional de Transición, Abdurrahim El Keib, forme gobierno el próximo jueves. Las autoridades libias han asegurado que el otrora heredero del exdictador se encuentra en buen estado de salud y una imagen ha sido difundida por la televisión nacional libia que muestra a Saif al Islam detenido y con tres dedos vendados.

No es la primera vez que el Consejo Nacional de Transición libio anuncia su captura. En los últimos días antes de la caída de Trípoli, los rebeldes aseguraron haberle detenido. El hijo de Gadafi apareció horas más tardes en el centro de la ciudad en medio de una multitud.

Sin embargo, tras la captura y linchamiento de su padre y su hermano Mutasim, varios reportes apuntaban que se dirigía a la frontera con Níger para buscar refugio. Las imágenes de la tortura a la que fueron sometidos tanto Gadafi como su hijo Mutasim «avergonzaron» al Gobierno de transición anterior, aseguran fuentes oficiales a Reuters.

Por ello, aseguran, esperan que en el caso de Saif al Islam éste sea juzgado en Libia y no en la Corte Penal Internacional de La Haya, donde también es requerido por crímenes contra la humanidad.

El ministro de Justicia del nuevo Gobierno ha declarado a Al Yazira que el CNT «no se opone a la presencia de observadores internacionales» en el proceso penal contra Saif.

Las autoridades libias han añadido que el hijo del extinto dictador será juzgado por asesinatos, represión y corrupción.

Por su parte, la Corte Penal Internacional ha comunicado que las autoridades libias le han confirmado la detención de Saif al Islam.

La Corte Penal Internacional busca con las autoridades libias «una solución legal para el futuro de Saif el Islam».

Según portavoces de la Corte, con sede en La Haya, de momento no pueden decir nada más, puesto que la orden de arresto del hijo del fallecido dictador libio sigue vigente.

La posible entrega de Saif el Islam a la justicia internacional dependerá de que el nuevo Gobierno libio decida si lo juzga o no en su propia tierra.

Por su parte, el fiscal de la CPI, Luis Moreno-Ocampo, ha anunciado que viajará a Libia la próxima semana para negociar de primera mano con las autoridades del país árabe el juicio que recibirá Saif al Islam.

 

El sucesor del coronel

Saif al Islam, nacido en 1972 en una base militar de Trípoli, ocupaba un sitio privilegiado en el extinto régimen que encabezaba su padre.

Con estudios de arquitectura en Viena y doctorado por la London School of Economics y estaba llamado a suceder al coronel.

Durante varios años mostró una aparente imagen pública abierta (cerró varios acuerdos de su país con organizaciones extranjeras) y desempeñó una función importante en la gestión de conflictos, como el caso Lockerbie o el desmantelamiento del programa nuclear libio, lo que permitió al país rehabilitarse y mejorar su imagen.

Antes de las revueltas, su objetivo era fortalecer los lazos del régimen con el exterior para mejorar la economía del país. Los occidentales que trabajaron con él dicen que era inteligente y culto.

Su imagen cambió radicalmente en febrero de este año, cuando la televisión libia emitió un discurso en que lució por su arrogancia.

El hijo de Gadafi se dirigió a los rebeldes con un tono chulesco mientras les amenazaba con el dedo índice, afirmando que una guerra civil en Libia sería peor que «Yugoslavia o Irak».

El discurso acabó por encender el ánimo de los opositores al régimen.

 

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