Lo revela Javier Chicote en ‘ABC’. Era septiembre del año pasado y las potencias de la OTAN buscaban una salida negociada a la guerra civil en Libia.
El emisario fue Felipe González, «el único líder occidental del que se fiaba Gadafi», dice un estrecho colaborador del expresidente español.
La misión pasó totalmente desapercibida por su extraordinario carácter de secretismo. González entró en el país norteafricano en pleno fragor de la batalla.
Se entrevistó con Al Baghdadi Alí al Mahmudi, primer ministro del obierno del sátrapa, ya que Gadafi prefirió permanecer oculto y utilizar como interlocutor al jefe de su gabinete.
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