Periodista Digital con el ministro Margallo en Túnez

¿Quiere el Gobierno de Rajoy competir con Sarkozy en el Magreb?

¿Quiere el Gobierno de Rajoy competir con Sarkozy en el Magreb?
El ministro Margallo con Mouled Kefien en Túnez. A. Chinchetru

En el reparto de papeles, nunca hecho oficial pero real en la práctica en la acción exterior de la Unión Europea, hay países a los que se otorga el liderazgo en determinadas regiones del mundo.

Si a España le corresponde Iberoamérica, el Magreb está considerado zona francesa. Y motivos no faltan, la antigua potencia colonial en la mayor parte de este área es la nación europea con más interses y mayor influencia en el Norte de África.

El Gobierno de Rajoy podría estar tratando de cambiar esto, al menos en lo que a la influencia se refiere. En la estrategia del Ejecutivo español jugaría un papel las oportunidades que ofrece la Primavera Árabe y la propia experiencia de la Transición española. En ese contexto cobra especial sentido el viaje de dos días del ministro Margallo a Túnez, que ha comenzado el 26 de marzo de 2012.

En rueda de prensa posterior al encuentro con el ministro de Exteriores tunezino, Mouled Kefi, Margallo ha dicho:

«España quiere jugar un cierto papel de liderazgo en la Unión Europea y con nuestros aliados transatlánticos en el proceso de apoyo a Túnez».

Para el jefe de la diplomacia de Rajoy este apoyo es similar al que dieron los países occidentales tras la muerte de Franco. Los planes de La Moncloa y el Palacio de Santa Cruz podrían pasa por jugar un papel similar al de Alemania durante la Transición española.

El país germáno jugó un papel clave en aquel entonces. Su administración, partidos y fundaciones se volcaron en asesorar y hasta dirigir la creación de instituciones y formaciones democráticas en la España posterior a la dictadura.

Túnez jugaría un papel fundamental en la estrategia para lograr una mayor influencia. En palabras del propio Margallo, este país ha asumido «un liderazgo moral» en el Norte de África tras la caída de la dictadura de Ben Alí.

Además, ha destacado que su modelo de transición «se puede exportar a otros países». Por ese motivo, jugar un papel activo en su proceso constituyente implica una mayor presencia en el conjunto del país.

La enseñanzas de la llegada de la democracia española jugarían a favor de los planes del Ejecutivo. El ministro, que se ha referido al encuentro con su homólogo tunecino citando una frase mítica del cine, «este es el principio de una gran amistad», ha dicho que existen muchas similitudes entre los procesos de transición española y tunecina.

En ambos casos, ha explicado, las palabras más usadas son «consenso» y «acuerdo». Y también en ambos casos son coincidentes con situaciones económicas muy difíciles.

Algo podría separar ambos procesos, sin embargo: el papel de la religión en la nueva constitución. Existen temores de que la ‘sharia’ se convierta en la principal fuente de derecho en Túnez. Su ministro de exteriores lo ha descartado.

Ha dicho que los principales grupos políticos de la Asamblea Constituyente coinciden en que sería suficiente mantener el artículo 1 de la anterior Carta Magna, que establece que se trata de un país cuya religión es el islman y su idioma el árabe.

Margallo, por su parte, ha dicho:

«Lo importante es que cualquier constitución contemple la libertad religiosa (…), los derechos de las minorías y los derechos de las mujeres».

Se ha mostrado convencido de que Túnez será un ejemplo de ello. El Gobierno español tiene puestas sus esperanzas en el más pequeño de los países del Magreb. Es una apuesta que explica viaje del ministro en la búsqueda de comer terreno a Francia en el Norte de África.

La presencia economica estas tierras es importante pero no igualan, sin duda, a Francia. La clave está en jugar a influir y servir ejemplo. Sólo resta saber si un Sarkozy inmerso en unas difíciles presidenciales estará dispuesto a dejar que España reste algo de la ‘grandeur’ a la república por excelencia del Viejo Continente.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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