Unos 25 técnicos extranjeros secuestrados por los islamistas habrían logrado huir en el fragor del combate
Decenas de rehenes y terroristas, incluido el jefe máximo de los secuestradores islamistas, han muerto este 17 de enero de 2013 al mediodía durante un asalto militar a la planta de gas del desierto de Argelia en la que un grupo yihadista mantenía secuestrados a unos 40 extranjeros y 150 argelinos desde el miércoles.
Las cifras y los datos son muy confusos, pero según la cadena Al Yazira, al menos 34 secuestrados y 14 yihadistas han muerto cuando el grupo terrorista intentaba trasladar a los secuestrados de un lugar a otro.
Le Monde asegura que ha confirmado con sus propias fuentes locales que ha habido un ataque al lugar. El ministerio de Exteriores británico confirmó que se está desarrollando una operación militar contra los secuestradores.
La planta gasística de la localidad argelina de In Amenas, en pleno desierto del Sáhara, ha amanecido este jueves rodeada por las fuerzas de seguridad de Argelia mientras en sus instalaciones fueron retenidos unos 40 ciudadanos extranjeros y unos 150 trabajadores argelinos a manos de un grupo de Al Qaeda como represalia por la intervención militar francesa en Malí.
Un día después del suceso, los datos todavía eran confusos sobre el número de personas secuestradas y sus nacionalidades.
Dos horas antes de que empezara a llegar información sobre el asalto al lugar, el canal Al Shoroun, citado por la noruega RNK, aseguró que 30 rehenes había logrado escapar, entre ellos 17 extranjeros y 13 argelinos. La cifra de 30 personas fue confirmada por fuentes oficiales a la agencia estatal, pero sin detallar las nacionalidades.
Los secuestradores habían pedido que se retire el Ejército para negociar y han amenazado con hacer volar el lugar. Un portavoz de los yihadistas ha asegurado a la agencia mauritana ANI que habían instalado explosivos alrededor de la planta.
El ministro del Interior argelino, Dahou Ould Kablia, había descartado cualquier tipo de negociación con los terroristas.
Sin embrago, el diario digital TSA, citando a un líder local, asegura que el Gobierno argelino estaba dispuesto a dejar marchar a los terroristas sin los rehenes.
En medio de esta situación de tensión, la agencia mauritana ANI informó sobre las 13.30 de que, según los terroristas, un helicóptero militar había bombardeado la planta de gas y ha herido a dos ciudadanos japoneses.
La agencia ANI tiene buenos contactos entre los grupos islamistas. El terrorista que dio la información reiteró su amenaza de matar a todos los rehenes se la situación degenera en un enfrentamiento.
En una entrevista telefónica para la televisión francesa France 24, uno de los rehenes relató el miércoles por la noche que los islamistas han obligado a algunos de los secuestrados a llevar cinturones cargados de explosivos. La cadena advirtió que no podía confirmar si los secuestradores le habían obligado a hacer estas declaraciones.
El hombre explicó que los secuestradores están fuertemente armados y han amenazado con hacer volar el yacimiento de gas natural si el Ejército argelino intenta liberar a los rehenes.
«Atacaron por dos sitios al mismo tiempo. Accedieron al interior y una vez que se hizo de día se reunieron todos juntos», relató el hombre, con tono tranquilo, en la única parte de la entrevista que ha sido emitida.
El grupo ultrarradical afín a Al Qaeda, dirigido por un histórico terrorista, perpetró el miércoles su mayor secuestro colectivo apresando a unos 40 rehenes occidentales, aunque fuentes oficiales argelinas rebajan a «más de veinte» el número de cautivos.
Este secuestro masivo en una planta energética del sureste del país es el mayor desafío terrorista al que se enfrenta el Gobierno argelino desde que en 2003 el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), del que nació Al Qaeda en el Magreb, capturó a 32 turistas en el Sáhara.
Armados hasta los dientes, 60 terroristas atacaron de madrugada un centro de extracción de gas en Amenas, cerca de la frontera libia, al sureste del país.
En el asalto murieron dos británicos y un argelino y tres personas (dos británicos y un noruego) reultaron heridas, según las primeras informaciones, aunque aún son confusas. En la planta quedaron secuestrados 41 occidentales, entre los que figuran 13 noruegos, siete estadounidenses y ciudadanos de Francia, Canadá, Japón e Irlanda, entre otros países.
La situación ha puesto en tensión a los Gobiernos occidentales, que hasta ahora estaban de perfil en la crisis maliense.
El secretario de Defensa de EE UU, León Panetta, prometió que tomará «todas las medidas necesarias» para rescatar a los rehenes estadounidenses de este «ataque terrorista».
El canciller japonés, Fumio Kishida, acordó colaborar con EE UU en torno al secuestro.
Los terroristas obedecen a Mojtar Belmojtar, el responsable del secuestro de tres catalanes en Mauritania en 2009, que a finales del año pasado se escindió de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) para fundar su propia célula que bautizó «Aquellos que firman con su sangre».
Aunque se haya separado de Al Qaeda, Belmojtar convive con sus jefes en el norte de Malí y comparte sus objetivos. Llevaba días diciendo que devolverá «ojo por ojo, diente por diente» los golpes que reciban los islamistas en el norte de Malí.
En su último comunicado exigió anoche «el fin inmediato de la agresión contra nuestros hermanos en Malí». De eso depende la vida de los rehenes. Pero a esa réplica a la intervención francesa se añade otro objetivo: conseguir la excarcelación de varias decenas de islamistas en Argelia.
Los occidentales estaban encerrados en una fábrica del recinto y en sus alojamientos, según Jaled Abu el Abass, que actúa como portavoz de los terroristas. Para dar su versión suele contactar con dos pequeñas agencias de prensa privadas mauritanas, Sahara Media y ANI.
Las instalaciones petroleras y gasísticas suelen estar muy protegidas por seguridad privada y por la Gendarmería. Conseguir introducirse en ellas es una hazaña.
La que ha sido atacada este miércoles es explotada conjuntamente por la empresa argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil.
BP ha anunciado que la extracción de gas ha quedado paralizada mientras. Por su parte, la española Cepsa ha anunciado que va a evacuar de forma preventiva a todo su personal extranjero de dos campos de crudo que gestiona en el país.
A menos que se ejerzan fuertes presiones, especialmente de EE UU, sobre el Gobierno argelino, «es seguro que se ordenará el asalto a la instalación gasística», asegura un periodista argelino experto en terrorismo.
En 2003 Argel ya lo hizo para liberar a los turistas apresados, pero solo consiguió rescatar a la mitad y los demás fueron trasladados al norte de Malí.
Más recientemente Argel se negó a negociar con el MUYAO, un pequeño grupo asociado a Al Qaeda que secuestró en marzo al vicecónsul argelino en Gao (Malí), Tahir Tuati, al que asesinó en septiembre.