Ocurró en un restaurante de Norwood, población sudafricana de Johannesburgo, y da una idea de cómo se las gastan algunas madres con sus hijas menores con tal de sacarles provecho, amparándose en la impunidad legal que éstas disfrutarían caso de ser pilladas en un acto delictivo.
La escena, grabada por una cámara de seguridad, tiene lugar a plena hora punta, de tarde, cuando la madre y la hija se sientan en una de las mesas acompañadas de una amiga.
DEL BOLSO
Tras un breve instante, y seguramente ya porqUe la madre le había puesto en alerta, la niña de siete años se levanta y tranquilamente mete la mano al bolso de una de la comensales, que se encuentra con una mujer mayor.
Tras obtener el botín, en este caso un móvil, el trío decide ahuecar el ala por si las moscas.
La Policía ha identificado ya a las tres, y por eso se conoce la edad de la menor que fue ‘utilizada’, pero a quien parece que estas lides no le son del todo extrañas por su profesional ‘modus operandi’.