La sudanesa Meriam Yehya recibirá 100 latigazos antes de ser ejecutada

La condenada a muerte por adulterio ha tenido que dar a luz encadenada al suelo

Las autoridades libanesas se niegan a liberar a su hijo de 20 meses

La condenada a muerte por adulterio ha tenido que dar a luz encadenada al suelo
Meriam Ibrahim y su bebé Capturas

El marido de Meriam Yehya Ibrahim, la mujer sudanesa condenada a muerte, está indignado. Su mujer lleva cuatro meses encadenada al suelo de una prisión y así se vio obligada a dar a luz a su hija Maya este miércoles 28 de mayo de 2014.

Por si fuera poco, la mujer tiene que amamantar ahora a su hija recién nacida «con unos grilletes en las piernas y encerrada en una prisión», en un suburbio al oeste de Jartum.

En una entrevista telefónica con Efe, el esposo de Ishaq, Daniel Wani, aseguró además que ésta recibió «con alegría» a su nuevo bebé, aunque lamenta las condiciones en las que vino al mundo.

Wani, de origen sursudanés pero de nacionalidad estadounidense, celebró haber podido ver a su hija, y expresó su confianza en poder seguir visitándola la próxima semana.

Las autoridades penitenciarias le otorgaron un permiso para que pueda visitar a su esposa dos veces por semana y con una duración de veinte minutos cada encuentro.

Aclaró que tanto su esposa como la recién nacida

«se encuentran en buen estado de salud y con la moral alta»,

a pesar de las circunstancias de su detención.

Anunció que habían decidido llamar a su hija «Maya», a la que describió como una «hermosa pequeña», y recordó que la recién nacida comparte celda también con su hermano Martin, de 20 meses.

Wani reveló los continuos intentos de los clérigos, que pertenecen a instituciones gubernamentales, de convencer a la joven para que vuelva al Islam, a pesar de que pesa sobre ella una sentencia a muerte en la horca.

«Mariam sigue insistiendo en su postura de que su origen siempre fue cristiano y pidió a la administración penitenciaria que no se la moleste con los repetidos intentos inútiles.»

Reconoció también la existencia de presiones por parte de diferentes líderes religiosos islámicos para convercerla de que deje el cristianismo.

«¿Cómo va a volver al Islam si nunca fue musulmana?. Su padre fue musulmán, es cierto, pero quién la crió fue su madre, que es cristiana».

El esposo recordó que está a la espera de que el Tribunal de Apelaciones se pronuncie después de que el abogado del caso haya rechazado el veredicto y lo haya recurrido para, o bien revocar la pena o reducir el castigo.

«Tengo la confianza de volver a verla pronto en libertad», señaló.

Daniel Wani se casó con Mariam Ishaq en una iglesia católica en Jartum hace tres años y la pareja tuvo a su primer hijo antes de que comenzase el proceso judicial.

DECLARÓ NULO EL MATRIMONIO

No obstante, el juez que la condenó a muerte, declaró nulo el matrimonio, ya que las leyes de la «sharía» (ley islámica) no permiten que una mujer musulmana se case con un cristiano.

La aplicación de la «sharía» en Sudán está en el centro de muchas de las críticas, que consideran que esta no debe ir en contraposición al respeto de los derechos humanos.

El tribunal sudanés sentenció a Ishaq a la ejecución en la horca y a cien latigazos, tras haberla declarado culpable de cargos de apostasía y adulterio.

Siguiendo la legislación sudanesa, la pena de muerte que pesa sobre la joven -médico de profesión- no se aplicará hasta dentro de dos años, cuando termine el periodo de lactancia de la hija a la que dio a luz dentro de prisión y ya condenada a la horca.

Amnistía Internacional difundió un duro comunicado en el que calificó de «aberrante» la sentencia contra la joven doctora, de 27 años, y añadió que los delitos de los que fue hallada culpable, no deberían ser considerados como tales.

A este clamor se han unido otras organizaciones como Human Rights Watch y ONGs regionales, como el Centro Africano para Estudios de Justicia y Paz.

La mujer recibirá ahora cien latigazos antes de su ejecución por los delitos de apostasía y adulterio según el tribunal que la culpó de abandonar el Islam y contraer matrimonio con un cristiano.

Su hijo de 20 meses permanece con ella en la prisión porque las autoridades consideran que no puede estar en manos de su padre ya que no es musulmán.

El caso de Meriam Yehya Ibrahim ya es mundialmente conocido.

 

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