El líder saharauí se enfrenta en España a una acusación de genocidio y a denuncias por violación

Este es Brahim Ghali, el siniestro jefe del Polisario que Sánchez trajo a España y ha cabreado a Mohamed VI

"Ahí me violó, me faltó al respeto, me hizo de todo, y vine aquí y le denuncié. Ahora está aquí, está aquí y desde que me enteré se puede decir que me desvelo muchas noches”

Este es Brahim Ghali, el siniestro jefe del Polisario que Sánchez trajo a España y ha cabreado a Mohamed VI
Brahim Ghali (POLISARIO) y Mohamed VI, Rey de Marruecos. PD

Yadiyetu Mohamaud, que ahora vive en Sevilla, explica que Brahim Ghali la citó a las siete de la tarde para ir a la embajada del Frente Polisario en Argelia.

Ella necesitaba papeles para viajar al extranjero y acudió confiada. Ocurrió todo hace 11 años, pero Yadiyetu sigue marcada a fuego por aquello.

 “Entonces pasó lo que pasó, ahí me violó, me faltó al respeto, me hizo de todo, y vine aquí y le denuncié. Ahora está aquí, está aquí y desde que me enteré se puede decir que me desvelo muchas noches”.

La denuncia de Yadiyetu es sólo una de las que pesan sobre el jefe del Frente Polisario.

Brahim Ghali, que ahora tiene 73 años, se encuentra internado desde el pasado 21 de abril de 2021 en una clínica de Logroño.

El Gobierno PSOE-Podemos, presionado por Pablo Iglesias y sus compinches y contra la opinión de ministros como Marlaska, se lo trajeron a hurtadillas desde Argel hace un mes.

El pasado febrero, BAB, revista del régimen marroquí dependiente de la agencia oficial de noticias, señalaba sin ambages a Iglesias como gran responsable de la nueva crisis entre España y Marruecos.

En la Unidad de Críticos del Hospital San Pedro, Ghali fue registrado con el nombre falso de Mohamed Benbatouch.

Lo del nombre fake es una patochada más del equipo de Sánchez, que creyó que así podría despistar a los Servicios Secretos marroquíes e incluso a la Justicia española, que acusa al jefe polisario de violaciones de los derechos humanos.

En 2016, Ghali fue imputado por el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, por delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones cometidos contra la población saharaui disidente refugiada en los campamentos de Tinduf (Argelia).

El pasado 14 de mayo de 202, el tema saltó en el Parlamento de Marruecos, donde todos los diputados condenaron la ‘jugada‘ del tandem Sánchez-Iglesias.

Abdellatif Wahbi, líder del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), afirmó ese día desde la tribuna que las autoridades españolas “estaban al corriente de las consecuencias de su comportamiento, por eso no informaron a las marroquíes”.

Era sólo cuestión de horas que el rey Mohamed VI entrara en acción.

Y su primer movimiento ha sido despachar 6.000 migrantes hacia Ceuta. Veremos qué sigue, pero si Sánchez y sus inexpertos ministros no son capaces de articular pronto una respuesta, habrá nuevas y masivas oleadas.

El cabreo del rey alauita y de los marroquíes en general, es fácil de entender.

Brahim Ghali es el enemigo número 1 de Marruecos. Su ingreso con nombre falso en un hospital de Logroño ha enfurecido a Marruecos, quien ya avisó de que la acogida en España por ‘motivos humanitarios’ del líder del Polisario podría tener “consecuencias”.

El siniestro Ghali dirige con mano de hierro la organización saharaui y fue el promotor de la declaración de guerra contra Marruecos, realizada en noviembre del año pasado.

Nacido en Esmara, en el antiguo Sáhara español, en 1949, llegó a formar parte del Ejército como soldado de las Tropas Nómadas, aunque pronto se unió a la causa independentista.

En 1973, fue uno de los fundadores del Frente Polisario y participó activamente en las primeras incursiones y atentado contra el ejército español que ocupaba entonces el territorio.

Tras la retirada de los españoles, encabezó la guerrilla contra los ejércitos marroquí y mauritano, reivindicando la independencia del Sáhara Occidental.

Fue ministro de Defensa de la RASD de 1976 a 1991 y en en la época en la que se cometieron más atentados contra intereses españoles en el Sáhara, en especial en las instalaciones de fosfatos de Bu-Cra y los pescadores que faenaban en el banco sahariano, con un total de 300 personas muertas.

Perdió el cargo por diferencias políticas en la cúpula. En 2016 fue el único candidato a la presidencia de la RASD tras el fallecimiento de su antecesor Mohamed Abdelaziz.

Nada más confirmarse su presencia en España, desde diversas asociaciones, entre ellas la de las víctimas canarias (ACAVITE), particulares y otras entidades, se han activado las acciones judiciales que existen contra él.

Desde 2012 existen unas actuaciones contra una veintena de miembros del Frente Polisario en la Audiencia Nacional.

Según el texto de la querella, los delitos de los que se acusa a Ghali, y a otros, son genocidio, violación, asesinato, lesiones, terrorismo, detención ilegal, torturas y desapariciones.

 

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