El conflicto que mantiene Kirchner con el presidente del BCR por negarse a entregar las reservas para el pago de la deuda se ha ido acrecentando
Ha sido un «atraco a mano desarmada». Todos esperaban el desenlace de este culebrón, cuando volviera a abrir sus puertas el Banco Central (BCR).
Y es que el conflicto que mantiene Cristina Kirchner con el ya ex presidente del BCR, Martín Redrado, por negarse a entregar las reservas para el pago de la deuda se ha ido acrecentando. Un fallo de la Cámara dio el pasado viernes la razón a Redrado al respaldar la prohibición del uso de las divisas.
Esta semana, cuando Redrado intentó ingresar a su despacho, no pudo. La presidente de Argentina había nombrado a un nuevo presidente para asumir sus funciones.
Así que Redrado sólo pudo llegar hasta la entrada. Allí, la Policía que custodiaba el lugar le salió al cruce amablemente.
Guardias de seguridad:
«Presidente, tenemos órdenes superiores de no dejarlo pasar»
CONFLICTO DE ANTAÑO
La Cámara no confirmó nunca al funcionario como titular de la entidad monetaria, lo que ha sido aprovechado por Kirchner para formalizar su destitución.
El fallo dispuso que debe ser el Parlamento el que se pronuncie sobre si Redrado mantuvo una «mala conducta», motivo por el que Kirchner ordenó su destitución a comienzos de este mes. El Congreso se reunirá en breve para opinar sobre este tema, pero, una vez más, Cristina ha decidido no esperar este trámite.
El vicepresidente del BCR, Miguel Pesce, asumió la Presidencia.
(Agencias)