Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano, absolutamente nadie
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Cuba le ha agradecido la buena voluntad del Gobierno ZP, sus infinitas concesiones y ayudas dejando morir a un preso político en sus mazmorras. Ante este asesinato, Zapatero no ha tenido nada que decir más. Apenas aludió sin que se note demasiado y de forma velada a la muerte del disidente cubano Orlando Zapata, afirmando, durante la inauguración del IV Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, que «nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano». Ni una sola señal de condena del paladín de los derechos humanos.
Durante el discurso que pronunció en Ginebra con motivo de la primera sesión del Congreso, el presidente añadió un párrafo final que no estaba previsto inicialmente en el que afirmó que el «éxito» en la lucha por los Derechos Humanos debe ser «el éxito de la dignidad de las personas, el éxito de la protección de la vida, el éxito de los Estados que respeten hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus conciudadanos».
«Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano, absolutamente nadie», concluyó el discurso, en el que, según las citadas fuentes, se hace alusión indirecta al fallecimiento de Zapata, un albañil de 42 años que formaba parte del grupo de 53 presos políticos que todavía continúa preso desde su detención en la denominada Primavera Negra en 2003 y que dejó de ingerir alimentos sólidos el pasado 3 de diciembre para protestar por las palizas sistemáticas que recibían los presos políticos en la cárcel bautizada como Kilo 7, en la provincia de Camagüey.