El cuerpo sin vida de Paulette, envuelta con unas sábanas, estaba en su habitación, semioculto, entre el colchón y la base de madera
Paulette, de cuatro años, desapareció el 22 de marzo de 2010 en México y poco podían imaginar los periodistas que durante días difundieron la voz de auxilio de su madre, sentada en la cama de la pequeña, que el cadaver se hallaba oculto bajo el colchón.
«Sin pruebas, no hay crimen.»
Es la frase que la Policía mexicana ha grabado a Lisette, la madre, mientras explicaba a su otra hija de siete años cómo comportarse para no levantar sospechas.
Paulette Gebara Farah nació prematura, a las 25 semanas de embarazo, con discapacidades motrices y de lenguaje y era cuidada permanentemente por dos niñeras contratadas por sus padres, una familia adinerada de Huixquilucan, junto a la ciudad de México.
Fue una de las niñeras quien, en la mañana del lunes 22 de marzo, dio la voz de alarma de que la niña no estaba en su habitación.
En horas, la foto de Paulette bajo la palabra ‘desaparecida’, empezó a circular por Internet, redes sociales y televisiones hasta terminar como gigantescos carteles en autopistas.
DESCARTADO EL SECUESTRO
A la Policía mexicana no le cuadraban las cosas.
¿Escaparse? Su salud descartaba es opción.
¿Secuestrada? Poco probable; nadie había contactado con la familia, ni pedido rescate, ni merodeado por la casa en los días anteriores.
A la semana de la desaparición, la policía decidió sellar el piso de los Gebara Farah. La última persona que entró al cuarto de la niña, según informó el propio procurador de Justicia, fue la madre, que pidió pasar para coger un jersey.
Mauricio (el padre), Lissette (la madre) y las dos niñeras fueron detenidos el lunes pasado para mantenerlos incomunicados en un hotel de Toluca, capital del Estado de México.
Las autoridades explicaron que tal medida obedecía a que los principales testigos habían caído en contradicciones y que preferían mantenerlos aislados.
EL CADAVER DE PAULETTE, BAJO LA CAMA
La medianoche del martes miembros de la policía científica llevaron a cabo la tercera reconstrucción de los hechos. Y fue cuando ocurrió el hallazgo. El cuerpo sin vida de Paulette, envuelta con unas sábanas, estaba en su habitación, semioculto, entre el colchón y la base de madera del mismo. En el mismo dormitorio en el que su madre, sentada en la cama, dio varias entrevistas a los medios.
Alberto Bazbaz, procurador de Justicia del Estado de México, informó esta semana de que Paulette murió por asfixia y que la personalidad de la madre había generado dudas, hasta el punto de pasar de testigo a sospechosa. Sin embargo, no especificó una fecha posible de la muerte, menos aún un móvil o lugar de la muerte. Tampoco explicó cómo el cadáver fue encontrado en la habitación nueve días después de que los investigadores tomaran las riendas, o si la niña murió después de que se denunciara su desaparición.