Fernández de Kirchner, preocupada por «el tono» del debate por el matrimonio homosexual el Argentina

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, expresó desde China su «preocupación» por «el tono» que ha adquirido el debate sobre el matrimonio homosexual en la nación sudamericana, porque ha sido planteado como «una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural».

«He escuchado que hasta se habla de una guerra de Dios y algunos incluso han planteado la posibilidad de un plebiscito, sin tener en cuenta que estarían plebiscitando un derecho de la minoría», dijo la mandataria en un breve contacto con la prensa en Pekín, donde realiza una visita oficial.

El Congreso debate actualmente una ley con la que se pretende dar luz verde al matrimonio de personas del mismo sexo, lo que ha despertado un fuerte debate en la sociedad argentina en el que la Iglesia Católica ha tenido cierto protagonismo por considerar que se trata de una propuesta que contradice los dictámenes religiosos.

Para Fernández de Kirchner, las apreciaciones aireadas en los últimos días se «remiten a los tiempos de la Inquisición» española porque «se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está».

Estas declaraciones se producen dos días antes de que tenga lugar en el Senado la crucial votación sobre el matrimonio homosexual, después de que la Cámara de Diputados votara a favor del proyecto que ha profundizado las divisiones entre el Gobierno de Fernández de Kirchner y la Iglesia Católica.

En las misas del pasado domingo, los sacerdotes leyeron un documento común en el que señalaban que la «unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y la familia», informó la prensa local.

En caso de que el Senado dé su visto bueno el próximo miércoles, Argentina se convertirá en el primer país de América Latina en aprobar legalmente los matrimonios gays. En diciembre, nueve parejas del mismo sexo obtuvieron un permiso judicial para concretar su unión a través de los registros civiles, pero algunos fueron anulados sin que hasta el momento se haya resuelto su apelación.

«No quisiera que una ley permita que un funcionario amparándose en una cuestión de conciencia pueda decidir si atiende o no a una persona debido a su condición de gay o lesbiana e incluso decida si permite que una persona pueda o no acceder a una fertilización asistida», advirtió la mandataria argentina.

La nueva normativa se introducirá mediante una reforma al Código Civil en la que se sustituirán los términos «marido y mujer» por el de «contrayentes», con la posibilidad de que los gays tengan los mismos derechos de los heterosexuales como la posibilidad de adoptar, aunque este último punto podría no ser aprobado por el Senado.

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