Los ex presos cubanos exiliados en España exigen la libertad de sus compañeros

Los ex presos cubanos exiliados en España exigen la libertad de sus compañeros

Algunos de los disidentes cubanos llegados a España (i-d) Omar Rodríguez, Julio César Gálvez, Ricardo González, José Luis García Paneque y Lester González, antes de la rueda de prensa que ofrecieron hoy en Madrid. EFE

EFE/Archivo

Los ex presos cubanos exiliados esta semana en España exigieron hoy la libertad «con plenos derechos» de todos sus compañeros prisioneros del régimen castrista y subrayaron que su propia excarcelación es sólo un primer paso, y no el «punto y final», hacia la democracia en Cuba.

En una multitudinaria rueda de prensa en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), seis de estos disidentes excarcelados, la mayoría de ellos periodistas, señalaron que no habrá habido ningún cambio mientras que los reclusos que se han negado a venir a España sigan en prisión.

«Nuestra principal lucha es ésa, que el que se quiera quedar en Cuba sea libre», remarcó Julio César Gálvez, quien al igual que sus compañeros fue condenado a 20 años de cárcel tras ser detenido dentro del llamado «Grupo de los 75» en 2003.

Gálvez compareció ante los medios de comunicación junto a Omar Rodríguez, Normando Hernández, Ricardo González, José Luis García Paneque y Léster González, en un acto organizado por Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Para Ricardo González, si la voluntad del régimen castrista es liberar a todos, «¿a qué esperamos?». «¿O es que quieren tener a los que han optado por quedarse en Cuba como rehenes y tarjetas de cambio?».

El médico García Paneque recordó que la condena «no ha sido amnistiada, ni anulada, y sigue vigente» en todos los casos, por lo que infirió que la amenaza de volver a prisión está viva.

Los disidentes cubanos afirmaron que aún no se sienten libres al no tener ningún papel que les acredite que no volverán a prisión, y subrayaron que su puesta en libertad no es suficiente para que la UE suavice su política hacia Cuba.

«Si tenemos que pedir un permiso para regresar a la patria, es que no somos libres, no somos inmigrantes, sino que somos refugiados. Sigo siendo un perseguido político», aseguró Julio César Gálvez.

De momento, son diez los presos políticos puestos en libertad que han viajado a España, en virtud de las conversaciones entre el régimen castrista y la Iglesia Católica cubana, con el auspicio también del Gobierno español.

Omar Rodríguez, encarcelado por sacar fotos de lugares de La Habana, contradijo al ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien dijo en el Parlamento español esta semana que los presos llegados a España «eran libres y no deportados».

«Sí ha sido una deportación. No tenemos por qué pedir permiso para volver a la patria», le respondió con firmeza.

Los disidentes mostraron sus dudas sobre si aceptar la condición de inmigrantes que les ha ofrecido el Gobierno español, que les concedería un permiso de trabajo y residencia, o bien pedir asilo político, lo que les impediría el regreso a Cuba.

La puesta en libertad de presos y el envío de algunos a España es, según González, un «anzuelo» y una «máscara» para que la UE suavice su política hacia la isla.

A su juicio, son pasos positivos, pero insuficientes, por lo que Europa debería seguir exigiendo avances democráticos en Cuba para facilitar el diálogo.

Los disidentes cubanos recordaron también que su excarcelación no significa necesariamente que en Cuba hayan mejorado los derechos humanos, y denunciaron que «casi la totalidad de los prisioneros en general sufren situaciones pésimas en las cárceles» de la isla.

En ese sentido, Omar Rodríguez quiso llamar la atención sobre el grave estado de salud de Guido Sigler Amaya, cuyo hermano, Ariel, abandonó recientemente la cárcel en «pésimo estado».

Destacó también, entre otros, a Efrén Fernández, «que sufre afecciones en la sangre y en la piel y que está siendo ahora tratado».

«Sería bueno que las autoridades cubanas tuvieran en cuenta la situación de estos hermanos nuestros que quedaron en Cuba. Son ellos lo que debieron haber sido liberados», reiteró Rodríguez.

Julio César Gálvez describió la situación en las cárceles de la isla como «pésima» y relató cómo tenían que convivir allí con «ratas, cucarachas, alacranes e incluso excrementos».

Como consecuencia de la mala alimentación y de la falta de salubridad en las prisiones, las enfermedades se hacen allí cada vez más frecuentes y se transmiten entre la población de reclusos.

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