Seis de los disidentes cubanos liberados por el régimen castrista esta semana denunciaron en una rueda de prensa celebrada este jueves en Madrid que se encuentran en «un limbo jurídico» y han salido «de una prisión con barrotes» para entrar en «una prisión sin barrotes», porque si regresan a Cuba volverán a ser encarcelados. Asimismo, exigieron la excarcelación de todos los presos de conciencia y políticos y la llegada de la democracia a la isla.
Así lo manifestaron Ricardo González Alfonso, José Luis García Paneque, Julio César Gálvez, Omar Rodríguez, Normando Hernández y Léster González en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid, donde acudieron acompañados de sus esposas, todas ellas vestidas de blanco como miembros de las Damas de Blanco, y de otros familiares.
Gálvez leyó al comienzo un comunicado en nombre de todos los disidentes excarcelados, donde destacó que esta liberación ha sido posible gracias a la Iglesia católica cubana, la huelga de hambre del preso de conciencia Guillermo Fariñas, las marchas de las Damas de Blanco y el apoyo del exilio cubano y de organizaciones de derechos humanos.
Además, se reafirmaron en su decisión de «continuar la lucha por la excarcelación de todos los presos de conciencia y políticos que aún permanecen en cárceles cubanas y el apoyo a su libre determinación, para quien así lo estime, de permanecer en Cuba con la libertad de derechos y deberes que comprenden a cualquier ciudadano del mundo».
Posteriormente, Gálvez denunció que él y sus compañeros se encuentran «momentáneamente en un limbo jurídico» en España y desconocen cuál es su situación legal actual.
«No somos libres», indicó Gálvez, quien explicó que sobre él y el resto de disidentes liberados recae una sanción según la cual volverán a ser encarcelados si regresan a Cuba.
«La pena de prisión no ha sido conmutada, amnistiada ni anulada. Estamos con una sanción pendiente como una espada de Damocles en Cuba y podemos regresar a prisión», detalló García Paneque.
A este respecto, Rodríguez definió como «deportación» la situación de él y sus compañeros y lamentó que sus familias puedan regresar a Cuba, pero no ellos.
LA DEMOCRACIA: FIN DEL CAMINO
Por su parte, González Alfonso pidió la pronta liberación de los disidentes enfermos y de todos los presos de conciencia y políticos, y que permita permanecer en Cuba a quienes así lo deseen. «El Gobierno cubano está liberando a los que hemos optado por el exilio. �Por qué no libera a los que han decidido quedarse en Cuba, que solamente hay que abrir las puertas de las prisiones?», se preguntó.
González Alfonso afirmó que esta liberación es «una campaña de imagen» con vistas a la reunión que la UE tendrá en septiembre para revisar sus relaciones con Cuba, si bien la calificó de «un paso importante».
«El camino más largo empieza por un primer paso, pero no es el final del camino. Aplaudimos estos pasos, pero hasta que no se llegue al final del camino, que se llama democracia, no habremos conseguido nada», apostilló.
Por otra parte, Rodríguez, que padece enfermedades gástricas, relató las penurias que vivió en la cárcel, donde convivió con alacranes, ratas, cucarachas y excrementos, y lamentó las malas condiciones de los presos en Cuba.
«Los presos se autoagreden. Uno se inyectó con agujas en los ojos para no ver la injusticia. Otros se inyectan excrementos con orina en los ojos o petróleo en sus miembros inferiores, vi a otro sacarse una muela con un alambre. Los valores morales no existen en las cárceles cubanas», apuntó.
Por último, Gálvez y Rodríguez manifestaron su deseo de que todos permanezcan juntos para «intercambiar opiniones» y continuar con su «lucha» por la llegada de la democracia a Cuba, pero todos los disidentes afirmaron que se encuentran a merced de decisiones del Ministerio del Interior y que les llevará a centros de acogida de distintas ciudades.
