El presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el canciller venezolano, Nicolás Maduro, fueron hoy los últimos de los invitados en llegar para la investidura de Juan Manuel Santos como presidente colombiano, y también los más esperados debido a los conflictos aún abiertos que tienen sus países con Colombia.
«Venimos con la mejor disposición de avances, de trabajo, viendo hacia el futuro», declaró Maduro tras arribar a la capital colombiana, donde se espera que sostenga contactos con representantes del nuevo Gobierno.
Maduro no hizo alusión ni a los motivos que llevaron a su Gobierno a romper relaciones con Colombia ni a las demandas que el presidente saliente colombiano, Álvaro Uribe, ha planteado contra su homologo Hugo Chávez y contra Venezuela ante la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de las que se supo en la víspera.
Las demandas tienen que ver con las acusaciones del Gobierno de Uribe de que Venezuela apoya a las guerrillas colombianas, lo que es negado por las autoridades del vecino país.
Correa, por su parte, se limitó a desear «mucha suerte» a los colombianos en este nuevo periodo de Gobierno y a ofrecerles su «total apoyo».
Las relaciones colombo-ecuatorianas están rotas desde marzo de 2008 a causa de un ataque colombiano a un campamento guerrillero en territorio de Ecuador, pero las conversaciones bilaterales para una normalización ya han dado algunos frutos.
Está previsto que Correa se reúna hoy con Santos, quien empezó el día con un ritual indígena en la Sierra Nevada, cerca de Santa Marta, en el Caribe colombiano, y también ha sostenido entrevistas con otros invitados a la investidura, como el mexicano Felipe Calderón y el secretario general de Unasur, Néstor Kirchner.
También se reunirá con el Príncipe Felipe de Borbón, heredero de la Corona española, quien llegó hoy mismo a Bogotá y fue recibido por el mandatario saliente, Álvaro Uribe, en el Palacio de Nariño.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que llegó ayer a la capital colombiana, no podrá asistir a la investidura de Santos, pues debió adelantar el regreso a su país para supervisar el rescate de 34 mineros atrapados en un yacimiento donde solo tienen oxígeno para unas pocas horas.
También el vicepresidente de Paraguay, Federico Franco, abandonará Bogotá antes de lo previsto, en este caso debido a que al mandatario de ese país, Fernando Lugo, se le ha diagnosticado un cáncer y debe viajar a Brasil con vistas a su tratamiento.
La investidura de Santos ha congregado a 80 delegaciones internacionales, de las cuales hay unas 20 encabezadas por su presidente, vicepresidente o primer ministro.
Los invitados están alojados en su mayoría en un tradicional hotel de la ciudad, donde se están celebrando numerosas reuniones bilaterales y encuentros con la prensa antes del almuerzo oficial, al que seguirá la ceremonia de investidura en la Plaza de Bolívar, a la que están convocadas 5.000 personas.
En declaraciones a los periodistas en el Hotel Tequendama, el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, volvió a ofrecer sus buenos oficios y su «capital político» para que se solucione la crisis diplomática y de relaciones entre Colombia y Venezuela.
Funes consideró que la presencia del canciller venezolano en la ceremonia de investidura de Santos «tiende un puente» que debe aprovechar el nuevo mandatario de los colombianos.
Por su parte, el presidente de México, Felipe Calderón, consideró hoy en una entrevista con una emisora de Bogotá que casos como la crisis diplomática entre Venezuela y Colombia hacen necesario el fortalecimiento de la OEA y otros instrumentos internacionales.
Sin embargo, advirtió de que quienes creen en la democracia y la libertad deben «partir de premisas incontrovertibles y una premisa incontrovertible es que nadie puede actuar en la ilegalidad, y menos por la vía armada, contra Gobiernos democráticos y que ningún país puede tolerar que eso ocurre dentro o fuera de sus fronteras».
El presidente saliente, Álvaro Uribe, que continuó hoy con sus actividades, tiene previsto asistir a la ceremonia de investidura de Santos, algo que no es habitual en los cambios de Gobierno.
Uribe se despidió anoche de sus colegas de la región en una cena en la que les pidió que sigan acompañando a Colombia.
«Tenemos mucha ilusión en el presente y en el futuro de esta Colombia, que es también la patria de ustedes», señaló el gobernante saliente, que llegó al poder en 2002 y fue reelegido en 2006 para el mandato que terminará hoy por la tarde.