«Earl», que ha disminuido a huracán de categoría 2, empujó lluvias y vendavales esta mañana sobre las costas del sudeste de Virginia después que durante la noche afectó Carolina del Norte sin dejar daños mayores.
A las 09:00 GMT, según el Centro Nacional de Huracanes, «Earl» giraba con vientos de 170 kilómetros por hora y su centro se encontraba a casi 140 kilómetros al este de Cabo Hatteras, con rumbo norte nordeste, y se desplazaba a 29 kilómetros por hora.
Unas 100.000 personas fueron evacuadas el jueves de los condados Dare y Currituck, en Carolina del Norte.
El portavoz de Currituck, Randal Edwards, quien añadió que casi la mitad de las casas en los balnearios estaban alquiladas para el fin de semana largo que incluye el Día del Trabajo, y que casi 50.000 personas de las evacuadas eran turistas.
Después que el huracán ahuyentó a turistas y residentes de Outer Banks, la larga línea de islas frente a las costas de Carolina del Norte, las autoridades de los condados Dare y Hyde indicaron que no había informes de daños graves.
El condado Dare envió cuadrillas de técnicos para inspeccionar los daños, dijo la portavoz Mary Doll, quien reiteró la recomendación de que los residentes se queden en sus casas hasta media mañana a la espera de que mejoren las condiciones.
En el Condado Camden, en Carolina del Norte, se registraron vientos de casi 50 kilómetros por hora pero no hubo informes de inundaciones.
«Earl», que dos días atrás alcanzó la categoría 4 en una escala de 5 que califica la fuerza de los huracanes, ha perdido energía y esta mañana los avisos de huracán se suspendieron en la costa de Virginia y se sustituyeron con advertencias de tormenta tropical.
La localidad de Hampton Roads, en Virginia, experimentaba esta mañana vientos con fuerza de tormenta tropical y las autoridades indicaron que podría haber una marejada de 30 a 90 centímetros.
Durante la madrugada empezaron las lluvias en Virginia Beach, Chesapeake y Norfolk.
Las autoridades advirtieron que «Earl» seguirá causando oleajes y corrientes peligrosas a lo largo de toda la costa este de EEUU al menos por dos días más mientras se dirige hacia Nueva Inglaterra.
Muchos residentes de la isla Hatteras decidieron quedarse, y algunos comercios siguieron ofreciendo artículos y comidas. Esa decisión desafió la orden de evacuación emitida por el Condado Dare que también requirió la salida de todos los visitantes de las áreas costeras.
