La ex ministra brasileña acusada de tráfico influencias dice que fue traicionada

La ex ministra brasileña acusada de tráfico influencias dice que fue traicionada
. EFE/Archivo

Erenice Guerra, quien renunció la semana pasada al cargo de ministra de la Presidencia de Brasil tras denuncias de tráfico de influencias, dijo que fue «traicionada» por uno de sus asesores, en momentos que surge otra acusación en su contra, informó hoy una revista de opinión.

Guerra sucedió en el cargo a Dilma Rousseff, quien renunció en marzo pasado para aceptar la candidatura presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) para los comicios que se celebrarán el 3 de octubre próximo, para los que se perfila como favorita.

«Fue una traición, una completa traición. Es obvio que si yo hubiese imaginado cualquier (tipo de) tráfico de influencia en el Ministerio habría determinado las medidas necesarias. Si no lo hice fue porque eso no ocurrió», declaró Guerra al semanario IstoÉ.

Los hijos de Guerra, asesores próximos y ahora el esposo de ella son acusados de intermediar contratos entre empresas privadas y organismos del Gobierno, en una serie de escándalos que llevó el jueves a la renuncia de la ministra.

Pese a que las denuncias están centradas en Guerra y sus familiares, la oposición intenta salpicar también a Rousseff, ya que algunas de las acusaciones de tráfico de influencias se refieren a momentos en que la candidata era la titular del ministerio.

Guerra se convirtió en viceministra de la Presidencia en 2005, cuando en medio de una reforma ministerial forzada por escándalos de corrupción en el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva esa cartera fue asumida por Rousseff, hasta entonces titular de Minas y Energía.

Rousseff renunció al cargo tras aceptar ser candidata del gobernante PT a la sucesión de Lula y su lugar fue ocupado por Guerra, quien pasó a ser responsable, entre otras cosas, de un multimillonario programa de construcción de infraestructuras.

Para Guerra se trata de un asunto «vinculado directamente con la disputa electoral», aunque admitió que su ex asesor Vinicius de Oliveira Castro puede estar envuelto en el supuesto esquema de corrupción.

«Él podría decir que trabajaba en el Ministerio y que hacía una cosa u otra. Eso no es descartable, no, y es por eso que el Ministerio está investigando este caso con bastante rigor», agregó.

Un artículo en la última edición de la revista Veja, que comenzó a circular hoy, afirmó que Oliveira Castro «encontró» dentro de su mesa una propina de 200.000 reales (unos 116.346 dólares) por facilitar en julio la compra por parte del Gobierno del medicamento Tamiflú, durante la campaña de combate contra la gripe A.

El ministro de Salud, José Gomes Temporao, descartó la intermediación de Oliveira Castro y señaló a periodistas en Río de Janeiro que la compra del medicamento se hace directamente y con «plena autonomía» de su cartera, sin necesitar del aval del Ministerio de Presidencia.

La denuncia a la revista fue realizada por un propio tío de Oliveira Castro, el ex director nacional de los Correos Marco Antonio de Oliveira.

El asesor fue separado del cargo el último lunes, después de la revelación que él y uno de los hijos de los hijos de la ex ministra, Israel Guerra, eran socios de una empresa que gestionaba contratos con organismos oficiales.

Veja y el diario Folha de Sao Paulo denunciaron hoy que José Roberto Camargo Campos, esposo de Guerra, consiguió como representante de la compañía de telecomunicaciones Unicel un aval técnico de la Presidencia para firmar un contrato sin licitación pública.

Unicel negó que Camargo Campos fuera funcionario directo de la empresa, pero, según Folha, la propia cancillería brasileña tramitó en 2007 ante los Gobiernos de China y Estados Unidos el pedido de visa para el esposo de la ex ministra en calidad de director de la compañía que prestaba servicios a la Presidencia.

La Policía Federal, el Tribunal de Cuentas de Unión y el Ministerio Público investigan las denuncias por los «altos indicios de tráfico de influencias», mientras que la Comisión de Ética de la Presidencia «censuró» a Guerra por no haber declarado su patrimonio cuando fue nombrada ministra.

Según los analistas, con las recientes denuncias contra Guerra y su dimisión, la duda es si este episodio le permitirá a Rousseff ganar en la primera vuelta del 3 de octubre, como hasta hoy vaticinan todas las encuestas.

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