El presidente de Ecuador, Rafael Correa, y su par peruano, Alan García, acordaron hoy reducir la presencia militar en la frontera conjunta, en una cita encaminada a mantener las buenas relaciones tras el breve conflicto armado de 1995.
Correa afirmó que existe la voluntad de reducir los gastos militares en la frontera, según un comunicado de la Presidencia de Ecuador.
Además, en una declaración conjunta, Ecuador y Perú se comprometieron a destinar dinero para desminar toda la zona fronteriza y afirmaron que los ministerios competentes de ambos países tienen un plazo de noventa días para presentar un plan para acabar con este tipo de armamento.
Los dos países andinos firmaron la paz el 26 de octubre de 1998 en Brasilia, después de que, entre enero y febrero de 1995, mantuvieron una escaramuza bélica por un sector no delimitado en la frontera amazónica común.
El vicecanciller de Ecuador, Kintto Lucas, aseguró a Efe que desde entonces se ha ido generando confianza entre los dos países, a nivel gubernamental, de Fuerzas Armadas, de poderes locales de frontera y entre los mismos pueblos, aunque éstos «siempre se llevaron bastante bien», subrayó el funcionario.
«Si bien hace doce años que se firmó lo de Brasilia, recién en los últimos tres años es que se pudo profundizar esto y se rompe el hielo», comentó.
Las reuniones binacionales se desarrollan cada año, aunque «siempre depende de la voluntad política que tengan los Gobiernos», dijo, pero «lo importante es que ya el mecanismo está funcionando», así como las comisiones de vecindad, entre otros.
El mandatario ecuatoriano calificó de «muy productivo» esta IV Reunión del Gabinete Binacional en la que se han reunido los presidentes de ambos países con sus respectivos gabinetes para tratar, principalmente, temas fronterizos.
Lucas apuntó que otros ítems que aborda la declaración son las infraestructuras conjuntas como el puente Internacional del río Macará, vuelos transfronterizos, seguridad, cuestiones migratorias, comerciales y de turismo.
Asimismo, indicó que se ha estipulado un programa de cooperación sociosanitario y la Red Binacional Zumba-Santo Ignacio para ofrecer ayuda médica a las poblaciones fronterizas y con los que, en un primer momento, se beneficiarán «hasta 180.000 habitantes».
Además de la declaración conjunta se han logrado firmar tres convenios: uno para el desarrollo de la zona fronteriza, otro de cooperación de riego y uno de cooperación interinstitucional sobre temas mineros para compartir información, metodologías y tecnología.
Además, firmaron un Estatuto para una gestión integrada de recursos hídricos de la cuenca hidrográfica transfronteriza del río Zarumilla.
El vicepresidente ecuatoriano, Lenín Moreno, se comprometió a ofrecer asistencia y asesoramiento a Perú para realizar un estudio de discapacitados similar al que se ha llevado a cabo en Ecuador, y que ha servido para poder atender las necesidades de este grupo poblacional.
Con respeto al conflicto de fronteras marítimas que existe entre Perú y Chile, Correa reiteró que Ecuador no tiene problemas limítrofes con países vecinos por lo que no ve la necesidad de intervenir en el Tribunal Constitucional de La Haya.
Por su parte, García dio su respaldo a Correa por la sublevación policial del pasado 30 de septiembre y que el Ejecutivo ecuatoriano calificó como un intento de golpe de Estado.
«Que nunca más se interrumpa la legalidad y la vida constitucional ni la voluntad del pueblo», dijo García, quien añadió que «todo aquel que perpetre algo contra la democracia no tiene sitio» en Suramérica.
