Guayana espera que la Unasur facilite su integración en Suramérica

Guayana espera que la Unasur facilite su integración en Suramérica

El presidente guayanés, Bharrat Jagdeo, ha asegurado que el perfil de su país será muy alto porque tendrá una dinámica participación en los asuntos regionales. EFE/Archivio

EFE/Archivo

Guayana espera que la Unasur le ayude a integrarse a Suramérica y acabar con su larga historia de aislamiento dentro de la región, al asumir en la cumbre que comienza hoy la presidencia de esa organización.

Ecuador cederá mañana, viernes, a Guayana la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en una cumbre de Jefes de Estado marcada por la búsqueda de un sustituto al fallecido Néstor Kirchner, que ocupaba el puesto de secretario general.

El presidente guayanés, Bharrat Jagdeo, ha asegurado que el perfil de su país será muy alto porque tendrá una dinámica participación en los asuntos regionales, además de estar presente en varios foros de Latinoamérica.

«Guayana espera jugar un muy activo papel en asegurar que no haya interrupción del orden constitucional en nuestro hemisferio y también en adelantar una agresiva agenda social y de desarrollo», ha dicho Jagdeo.

Guayana, país situado en la costa noreste de Suramérica, apuesta también por beneficiarse de la integración comercial y energética que han logrado varios de los países que conforman la Unasur.

Sin embargo, son muchos los obstáculos internos que debe vencer esta ex colonia británica y holandesa, con una población de apenas 765.000 habitantes, para brillar entre sus vecinos latinoamericanos.

«Es un país que posee un tasa de crecimiento poblacional negativa, hay más gente que se va de Guayana que llegando, un aspecto que dificulta proyectar el futuro», dijo a Efe Eduardo Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad Internacional de Florida (FIU) de Estados Unidos.

La tasa de crecimiento poblacional proyectada para este año es de -0.55 por ciento, según cálculos de organismos estadounidenses.

Gamarra recordó que Guayana mantiene un conflicto fronterizo con Venezuela, problemas de narcotráfico y pobreza, pero que lucha por consolidar su democracia «a duras penas» porque es un país que tiene muy «poco para su desarrollo».

«No es un país fácil de entender, es complicado en términos políticos y de organización. Nunca ha tenido proyección porque ni siquiera ha sido importante en el contexto del Caribe, está más integrado con las Antillas menores», afirmó el académico que fue consultor en el país suramericano.

Guayana, que se independizó del Reino Unido en 1966, es miembro de la Comunidad del Caribe (Caricom), organización que tiene su sede principal en Georgetown.

Gamarra reconoció que Jagdeo logró «de una manera interesante» sumar a su país al tratado de constitución de la Unasur, integrada por Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

«Pero lo que se debatirá (en la cumbre) y qué significa para Guayana es lo importante. Más que sus 15 minutos de fama, la verdad no creo que significará mucho», comentó el analista político y director de la firma de investigación de opinión pública Newlink Research.

Para Stephanie Lloyd, investigadora asociada del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA, por su sigla en inglés), Guayana tiene una larga historia de aislamiento, devastación del medio ambiente, tensiones raciales, de identidad y problemas de corrupción.

Todo ello genera «obstáculos formidables» para su proceso de desarrollo económico y de integración regional, opinó en su análisis «Los caminos no pavimentados: Las barreras para la integración de Guayana con Suramérica», publicado en el sitio de internet del COHA.

Sin menospreciar el hecho de que el país suramericano ha dado un gran paso al convertirse en miembro de la Unasur, la analista dijo que los guayaneses podrían desear que su nación se desarrolle a nivel interno primero a fin de poder competir económicamente con sus vecinos de la región.

Entre las barreras que confronta mencionó que Guayana es considerado como parte del Caribe en vez de ser un actor suramericano y por tener como idioma oficial al inglés, este factor lo ha distanciado del resto de Suramérica.

En cuanto a las tensiones raciales aseguró que han sido un impedimento crónico para la estabilidad y tranquilidad en casi toda la historia del país, a la vez que se han reflejado en el sistema político que hace más problemática la modernización de las instituciones que funcionan de manera poco eficiente.

A pesar del panorama, Lloyd consideró que un delicado balance de políticas internas junto con un incremento gradual de los vínculos regionales podrían ayudar al país a salir de su aislamiento.

«Guayana tiene una creciente oportunidad para influir en las políticas de Suramérica y convencerse de que pertenece a la liga de la región», aseveró.

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