Miles de indigentes, la mayoría inmigrantes, desalojaron hoy el Parque Indoamericano de Buenos Aires ante el compromiso de las autoridades de darles planes de viviendas luego de ocho días de un conflicto en el que murieron dos bolivianos y un paraguayo.
«Con enorme satisfacción les informo de que hace tan solo unos minutos se ha retirado la última persona» del parque, situado en la deprimida zona sur de la ciudad, anunció el jefe del gabinete argentino, Aníbal Fernández, a radios locales.
«Era indispensable incentivar, insistir en que no se tenía que pegar» a los ocupantes ilegales del predio para convencerlos de que debían dejar el lugar, subrayó luego de destacar que las autoridades «trabajaron toda la noche» del martes en la evacuación.
Tras ásperas polémicas en las que se desmarcaron del conflicto, el Gobierno de Cristina Fernández y la Alcaldía de Buenos Aires, en manos del conservador Mauricio Macri, acordaron anoche el compromiso de poner en marcha un plan de viviendas para indigentes residentes en la capital argentina.
El plan, por el que el Gobierno y la Alcaldía proveerán de créditos baratos para que los beneficiarios puedan pagar la construcción de sus viviendas, excluirá a aquellos que ocupen espacios públicos, entre otros requisitos.
«No se va a regalar absolutamente nada» a los indigentes, sino que se les va a financiar la construcción de sus viviendas, remarcó Fernández después de insistir en que las autoridades serán «inflexibles» en excluir de estos planes a quienes ocupen espacios públicos o privados.
El jefe del gabinete remarcó que «el 90 por ciento» de las más de 13.000 personas censadas en el Parque Indoamericano son indigentes que residen en «villas miseria» (barrios de chabolas) de la capital argentina.
El conflicto había estallado el 7 de diciembre pasado, cuando una boliviana y un paraguayo murieron a balazos en enfrentamientos con fuerzas de seguridad federales y de la Alcaldía que intentaron desalojar el predio en cumplimiento de una orden judicial.
Otro ciudadano boliviano murió en enfrentamientos entre ocupantes del predio y pobladores de edificios vecinos al parque registrados el jueves pasado, sin que interviniera ninguna fuerza de seguridad mientras que el Gobierno de Fernández y la Alcaldía porteña se culpaban mutuamente por el estallido de violencia y se enzarzaban en una áspera polémica.
La comunidad de residentes bolivianos en Argentina denunció que un joven de esa nacionalidad había muerto en choques registrados el viernes, pero el Gobierno lo ha negado tajantemente.
El viernes pasado, en medio de actos oficiales por el Día Internacional de los Derechos Humanos, Cristina Fernández, anunció la creación del Ministerio de Seguridad, que hoy quedará en manos de Nilda Garré.
La mandataria aprovechó la ocasión para repudiar declaraciones «xenófobas» de Macri y pidiera perdón «a los hermanos bolivianos y paraguayos» luego de que el alcalde porteño asegurara que el conflicto fue producto de la política de «inmigración descontrolada» del Gobierno y la acción de bandas de «narcotraficantes y delincuentes».
Las declaraciones de Macri, líder de la conservadora Propuesta Republicana, opositora al gobierno peronista de Fernández, fueron motivo de protestas de Bolivia y Paraguay.
El Parque Iberoamericano, de unas 130 hectáreas, está situado en una zona vecina a trece «villas miseria» de la zona sur de Buenos Aires, en las que predominan los inmigrantes bolivianos, paraguayos y peruanos.
Los enfrentamientos ocurridos durante la última semana en ese predio causaron la muerte del paraguayo Bernardo Salgueiro y de los bolivianos Rosmeri Cupeña y Juan Castañares Quispe.
En los últimos días, al menos seis predios del populoso conurbano de la capital argentina fueron ocupados por cientos de personas que reclaman viviendas.
