Lula deja el poder con el «deber cumplido» y seguro de que Rousseff «será mejor»

Lula deja el poder con el "deber cumplido" y seguro de que Rousseff "será mejor"
. EFE/Archivo

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró hoy que dejará el poder el próximo sábado con «la sensación del deber cumplido» y «convencido» de que su sucesora, Dilma Rousseff, «será mucho mejor» y será reelegida en 2014.

En su última reunión formal con periodistas, Lula relevó algunas intimidades de su relación con el poder, siguió sin dar pistas sobre su futuro y garantizó que «solo si ella no quiere», Rousseff no será «su candidata» en las elecciones que se celebrarán dentro de cuatro años, en las que «ni piensa» en postular otra vez para el cargo.

«Tengo la idea fija de que Dilma será otra vez mi candidata», dijo el mandatario, quien entregará el Gobierno el próximo sábado a su ex ministra de la Presidencia y compañera del Partido de los Trabajadores (PT) con una extraordinaria popularidad cercana al 85%.

Pese a esas tasas de aprobación y respaldo, Lula aseguró que «nunca» llegó a pensar en proponer una reforma de la Constitución que le permitiera concurrir a un tercer mandato consecutivo.

«Ahí uno pide un mandato más y después quiere cuatro, quiere cinco y el país se va convirtiendo en una ‘dictadurita’ sin que nadie lo note», afirmó.

Sobre su futuro personal, aseguró que se trata de «un proceso en construcción», pero reiteró que, aunque no planea «dejar de hacer política», desea tener «más descanso que trabajo» y pasar «un tiempo sin hablar ni dar opiniones».

Adelantó, no obstante, que trabaja la idea de construir una suerte de «memorial» que se ocupe de divulgar su vida y obra, pues tiene «una historia de vida muy larga» y un legado para la sociedad.

«Lula no surgió de la nada», sino que es resultado de un proceso y de una sociedad en efervescencia», declaró.

Como el mayor logro de su gestión, Lula no citó los avances en el área social que permitieron sacar de la pobreza extrema a más de 25 millones de personas ni la estabilidad y crecimiento de la economía, sino otro «logro» que consideró de mucha más envergadura.

«Tengo conciencia de que cambié la forma de relación entre el Gobierno y la sociedad», afirmó.

En lo económico, aseguró que Rousseff encontrará una «situación de confort en la economía» que le permitirá al país continuar en la senda del crecimiento en «forma ordenada», y reiteró su pronóstico, compartido por algunos organismos multinacionales, de que Brasil «será en poco tiempo la quinta economía del mundo».

También valoró la proyección internacional que Brasil ha tenido durante los últimos ocho años y consideró que el momento clave de su política exterior fue cuando decidió «diversificar las relaciones» y acercar al país a las naciones en desarrollo.

También citó como un «hito» la participación de Brasil en el G8 y «la propuesta de negociación con Irán» en torno al polémico programa nuclear de la nación persa, que «después el Consejo de Seguridad de la ONU creyó que no servía para nada», apuntó.

En ese marco, criticó la posición de Estados Unidos en relación a Oriente Medio y aseguró que «no habrá paz» mientras que en Washington «crean que pueden construir la paz solos, porque ellos son parte del conflicto».

Asimismo, lamentó que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca «no haya servido» para crear una nueva relación entre Estados Unidos y América Latina.

«La relación (entre América Latina y Estados Unidos) cambió poco. La verdad es que no ha cambiado nada y veo eso con tristeza», dijo.

Recordó que Obama se reunió en abril de 2009 con los líderes de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) durante la V Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago, pero dijo creer que ni con esa cita «Estados Unidos entendió la importancia de América Latina».

Lula, cuyo liderazgo es reconocido en toda la región, descartó que pueda ser una especie de portavoz de América Latina ante Estados Unidos y también reiteró que no aceptará ningún cargo en organismos internacionales, pese a que lo han postulado para muchos, incluida la Secretaría General de las Naciones Unidas.

«Si un ex presidente de Brasil va a la Secretaría General de la ONU, después podría ir un ex presidente de Estados Unidos y ahí las cosas serían mucho más difíciles», apuntó Lula.

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