Amnistía Internacional afirmó este jueves que la reciente represión de las autoridades chinas a los periodistas extranjeros que cubrían protestas inspiradas por las revueltas en Oriente Medio y norte de África es una señal de que el Gobierno teme las protestas populares.
«Las autoridades deben cumplir con los compromisos que hicieron antes de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 para que la prensa extranjera lleve a cabo entrevistas en China sin interferencias oficiales», apuntó San Zarifi, director de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía.
Zarifi señaló que las nuevas restricciones a periodistas extranjeros «forman parte de la ofensiva general sobre la libertad de expresión y de opinión, con arrestos y detenciones de activistas y abogados chinos».
Según el Club de Corresponsales Extranjeros de China, más de una docena de periodistas, entre ellos algunos de la BBC, la CNN y Bloomberg, fueron golpeados o detenidos el pasado sábado por agentes de seguridad al cubrir protestas en la ciudad de Wanfujing.
«Los intentos por controlar los medios de comunicación extranjeros a través de la violencia, la intimidación y el acoso muestran el desprecio de las autoridades a la libertad de prensa», recalcó Zarifi.
En las últimas semanas, usuarios anónimos de redes sociales han pedido una «Revolución Jazmín» en China similar a la de las revueltas árabes y han animado a celebrar reuniones pacíficas en varias ciudades chinas.
