Varios medios vendieron algo barato como las amantes de un minero. Otra cosa es buscar porque el mundo entero estaba cautivado por esta historia
«Enterrados quizás… Vencidos nunca». Esto se podía leer en una de las pancartas que sujetaban los familiares de los mineros atrapados en Chile. 33 hombres, 70 días y un símbolo mundial de resistencia fue lo que colocó en el mapa al desierto de Atacama. Jonathan Franklin fue el único periodista acreditado en primera línea del rescate que ahora narra en este libro, Los 33 (Ed. Aguilar), el diario de lucha contra los elementos y contra los miedos del ser humano.
Jonathan Franklin desea transportar al lector al interior de la mina San José donde un grupo de hombres quebrados superaron el instinto natural que nos empuja a buscar la supervivencia de forma individual y consiguieron organizarse a 700 metros de profundidad.
En esta entrevista con Periodista Digital, el autor cuenta cómo tras dos semanas perdidos bajo tierra el Gobierno ya estaba planeando un multitudinario funeral y la colocación de una gran cruz blanca en el lugar del derrumbe. Sus datos no dejaban margen al optimismo. Había un 2% de posibilidades de encontrar a aquellos hombres con vida.
Mientras, en el interior de la mina, Mario Sepúlveda se erigió como líder y empezó a organizar aquella pequeña sociedad subterránea. Franklin cuenta como
«Sepúlveda tuvo una visión. Se creyó elegido por Dios para ser líder y que aquellos 33 hombres estaban destinados a salvarse. Muchos de sus compañeros reconocerían después que de su fuerza, optimismo y locura se agarraron todos para salir de allí».
Lo importante de estas tragedias es que sirvan para algo. Pero tristemente, según relata Jonathan Franklin, es muy difícil que la situación de la minería en el desierto de Atacama (Chile) mejore sensiblemente.
«Es verdad que en general los mineros trabajan en grandes empresas que entienden de seguridad. Pero con la onza de oro a 1.500 dólares cualquiera quiere abrir una mina, muchas de ellas de forma ilegal»
«El Gobierno hace lo que puede. Aunque ha duplicado el presupuesto para minería, sólo en Atacama hay 2000 yacimientos y sólo 3 inspectores para todos ellos. Además, las minas ilegales es imposible saber dónde están antes de que ocurra algo».
Como periodista, Franklin cuenta que se ha dado cuenta de la diferencia entre las noticias baratas y otras más profundas.
«Varios medios vendieron algo barato como las amantes de un minero. Otra cosa es buscar porque el mundo entero estaba cautivado por esta historia».