El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, viajó hoy a Cuba para continuar tratamiento contra el cáncer después de reunirse con ministros y seguidores, a quienes dejó claro que sigue al frente de sus funciones, pese a haber delegado parte de ellas en su vicepresidente y al ministro de Planificación.
«Éste es un decreto para delegar, no como quieren algunos sectores de la oposición, que yo entregue el Gobierno (…) voy a delegar un conjunto de funciones, como manda la Constitución, en el vicepresidente, Elias Jaua, y en el ministro Jorge Giordani», anunció Chávez en consejo extraordinario de ministros.
Jaua fue comisionado por Chávez para hacer traspasos de presupuestos de los ministerios, realizar rectificaciones presupuestarias, expropiaciones y adquisiciones forzadas de empresas.
Además, Jaua está autorizado para aprobar las cuentas de los ministros, la eliminación y cambios en los entes públicos y la dirección en comisiones presidenciales.
El ministro de Planificación, Giordani, por su parte, tendrá la función de declarar insuficiencias presupuestarias y las exoneraciones, cuando sea necesario, del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto Sobre la Renta (ISLR).
El presidente mantuvo hoy una apretada agenda en la que procuró dejar solucionados asuntos que le permitirán mantenerse al mando del Gobierno pese a estar en Cuba, al reunirse con sus ministros, posteriormente con sus seguidores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y después con simpatizantes que lo despidieron.
Chávez anunció ayer que había solicitado permiso al Parlamento venezolano para viajar a Cuba para cumplir con lo que ha denominado «segunda etapa» de su tratamiento contra el cáncer, que incluirá la aplicación de quimioterapia.
Los diputados chavistas y opositores votaron a favor de aprobar el viaje del presidente, aunque los adversarios al mandatario advirtieron de que esperaban que Jaua asumiera las funciones de jefe de Estado porque consideran que Chávez «no puede gobernar desde Cuba».
El pasado 20 de junio, el mandatario venezolano fue sometido en Cuba a una operación en la que le fue extirpado un tumor canceroso y, tras dos semanas de recuperación en la isla, regresó a Venezuela a continuar el reposo, aunque previamente había advertido que la terapia continuaría.
Chávez aseguró que si sintiera que no puede asumir la presidencia, sería «el primero» en entregar el poder o serían las instituciones competentes pues esto implicaría que no estaría en capacidad de tomar decisiones lo que no ha sucedido «ni en los peores momentos del reposo postoperatorio».
El mandatario comentó que su canciller, Nicolás Maduro, había viajado a Brasil y que después de reunirse con la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, ésta le reiteró la invitación a Chávez a tratarse el cáncer en un hospital especializado de la ciudad de Sao Paulo.
«Nicolás (Maduro) fue a Brasil hace pocas horas, habló con Dilma (Rousseff) y ella, que pasó por eso (por un cáncer) y lo superó, le explicó todo a él y le pidió que fuera a visitar el hospital», comentó Chávez.
Según Chávez, Maduro le informó de que toda «la plana mayor» del centro asistencial brasileño lo recibió y le mostró los avances médicos y científicos.
Para mantenerse al mando del Gobierno y poder firmar documentos oficiales desde la isla , Chávez fue instruido en el uso de una tarjeta electrónica con la que podrá estampar, de forma válida y legal, su rúbrica a la que el mismo mandatario apoda «rabo de cochino» por su forma elíptica.
El presidente, además, podrá comandar un consejo de ministros «vía telemática», con lo que aseguró que estará al corriente de todo lo que acontezca en el Gobierno.
Chávez no dijo cuándo regresará a Venezuela, pero aseguró que su ausencia sería por poco tiempo y advirtió de que se mantendría al tanto de todo el acontecer de su país «por distintas vías».
Durante el acto que celebró con los miembros del partido al que pertenece (PSUV), el presidente exhortó a sus seguidores a eliminar «como si fueran células cancerosas», los vicios del capitalismo y seguir adelante en la vía del socialismo.
Asimismo, en lo que llamó un gesto «de humanidad», el mandatario venezolano pidió a Jaua que se encargara de solicitar al Poder Judicial que aprobara beneficios cautelares para los «políticos presos» que están enfermos, después de comentar que conversó con el monseñor Mario Moronta sobre el asunto.
«Me atrevo a hacer un exhorto de mi corazón humanitario a los poderes respectivos para que a estas personas, sin importar quienes sean, se les dé alguna medida de beneficio cautelar, que vayan a su casa con su familia y que además tengan todo el tratamiento que necesitan», dijo Chávez.
Aclaró, además, el jefe de Estado, que en Venezuela no existen presos políticos sino, tal vez, «políticos presos» y que, pese a que muchos han usado casos de privados de libertad como banderas para decir que Chávez no respetaba los derechos humanos, su Gobierno no pasaba por encima del Poder Judicial.
