Rousseff pierde a su quinto ministro en menos de nueve meses en el Gobierno

Rousseff pierde a su quinto ministro en menos de nueve meses en el Gobierno
. EFE/Archivo

El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sufrió hoy su quinta baja en ocho meses y medio con la renuncia del ministro de Turismo, Pedro Novais, por denuncias de corrupción y reiterados abusos con dinero público.

Para reemplazar a Novais, Rousseff escogió al diputado federal Gastão Vieira, oriundo del estado de Maranhao (norte), según anunció esta noche la ministra de Comunicación Social de la Presidencia, Helena Chagas.

Novais, de 81 años, se reunió esta noche brevemente con Rousseff a quien le entregó una escueta carta de 41 palabras en la que señala: «Cumplo el deber de pedirle mi salida del cargo de ministro de Turismo…», sin citar las causas de la renuncia, y concluye con una manifestación de «elevada consideración y respeto» hacia la mandataria.

El hasta ahora ministro es el quinto miembro del gabinete que Rousseff pierde desde que asumió el poder, el 1 de enero pasado, período en el que dimitieron por sospechas de corrupción los titulares de la Presidencia, Transportes y Agricultura, así como el ex responsable de Defensa, Nelson Jobim, que se apartó por diferencias con el Gobierno.

Entre 2003 y 2010, el ahora ex ministro de Turismo ocupó un escaño de diputado en representación del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más influyente de la coalición gobernante junto con el Partido de los Trabajadores (PT).

En enero pasado, asumió su cargo tocado por denuncias de que había cancelado una cuenta en un motel, donde aparentemente hubo una fiesta con prostitutas, con dinero de la cámara baja.

Novais negó en su momento que hubiera habido alguna fiesta pero sí admitió lo referente al pago, lo cual atribuyó a un «error» del personal que lleva su contabilidad y zanjó el asunto al reintegrar el dinero al Congreso.

Hace dos meses, logró mantenerse al margen de un escándalo de fraudes en el Ministerio de Turismo que llevó a la Policía Federal a detener temporalmente al ahora ex viceministro de ese despacho Federico Silva da Costa y a una veintena de funcionarios.

Sin embargo, el escándalo volvió a tocar su puerta este martes cuando el periódico Folha de Sao Paulo denunció que, mientras fue diputado, Novais mantuvo en su casa una empleada de servicio que era pagada con dinero de la cámara baja.

La misma mujer, según el diario, fue contratada en enero pasado como recepcionista del Ministerio de Turismo por la empresa Visao Administracao, que tiene un contrato de 1,5 millones de reales (unos 640.000 dólares) para dotar de empleados administrativos a ese despacho.

La puntilla llegó hoy, cuando también Folha de Sao Paulo afirmó que la esposa de Novais, María Helena de Melo, tiene a su servicio como «chófer particular» a un funcionario de la Cámara de Diputados cuyo salario paga el Parlamento, como ocurría con la mucama.

Aunque Rousseff ha rechazado la frase «limpieza ética» que la prensa local usa para calificar su firmeza ante la corrupción, tras conocer la última denuncia la jefa de Estado dio una nueva muestra de que no permitirá que los abusos manchen la imagen de su Gobierno.

Lo hizo horas antes de aceptar la renuncia de Novais, cuando dijo a periodistas que preguntaron sobre la situación del ministro en un acto público que «primero se le pedirán las explicaciones necesarias y después se evaluará la situación, para luego tomar las medidas pertinentes».

Según fuentes políticas consultadas por Efe, esa declaración de la jefa de Estado le dejó claro a Novais que ya no tenía respaldo en el Gobierno, lo cual le llevó a presentar la renuncia y evitar así la creciente posibilidad de ser destituido.

Las nuevas denuncias publicadas esta semana ya le habían restado incluso el apoyo de importantes dirigentes del PMDB, que en forma más o menos directa se pronunciaron en favor de su renuncia.

«Esta historia ya es demasiado incómoda y debe acabarse», dijo antes de que se conociera la dimisión de Novais el diputado y jefe del PMDB en la cámara baja, Henrique Eduardo Alves.

El senador Pedro Simón, también del PMDB, reforzó esa sensación al declarar hoy que «ese señor (Novais) ocupa un ministerio muy importante para un país que organizará un Mundial de fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016)» y «no puede estar bajo sospecha».

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