El vídeo mostrado a los medios extranjeros en la sede del Ministerio del Interior cubano en el que un Ángel Carromero visiblemente desmejorado asume toda la responsabilidad del siniestro en el que perdieron la vida el líder del opositor Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), Osvaldo Payá, y el máximo dirigente juvenil de dicha organización, Harold Cepero, tiene elementos que hace sospechar que se trata de un montaje de la ‘Seguridad del Estado’ (aparato represivo). En este sentido resulta esclarecedora la frase en la que el joven español pide que se trabaje para su liberación:
Le pido a la comunidad internacional que, por favor, se centre en sacarme de aquí y no en utilizar un accidente en tránsito, que podía haberle pasado a cualquier otra persona, con fines políticos.
Esta frase parece haberse pronunciado al dictado, escrita por alguien que no es el propio Carromero. Un español no utilizaría la expresión «accidente en tránsito», puesto que la construcción usada en España es «accidente de tráfico».
Además, surgen dudas sobre por qué el dirigente de los jóvenes democristianos suecos, Aron Modig, pudo comparecer en persona ante la prensa y sin embargo para la comunicación de Carromero se utilizó un vídeo grabado previamente, como haría un grupo terrorista con los secuestrados. Horas después, el diario oficial Granma ha publicado, el 31 de julio de 2012, un duro editorial titulado ‘La verdad y la razón’ en el que se entremezclan datos verídicos, arrancados en las confesiones de los dos europeos, con medias verdades y falsedades absolutas para montar una teoría de la conspiración destinada a desprestigiar tanto al español y al sueco como a la disidencia democrática, a la que se muestra como al servicio de intereses extranjeros. Entre los puntos más absurdos, está que Modig y Carromero se pusieran en contacto a través de Facebook para viajar a Cuba.
Dentro de dicho editorial hay una información de suma gravedad que se cita de pasada: «El español Ángel Carromero Barrios se encuentra instruido de cargo por homicidio en ocasión de conducir vehículo por la vía pública». Por estos cargos, el madrileño puede ser condenado a hasta diez años de prisión. Además, según el relato del Granma y se insinúa en el mism al referirse a Modig –«se le permitió retornar a su país, pese a las actividades ilegales que realizó– a Carromero se le podría juzgar bajo la acusación de atentar contra la integridad del Estado cubano por colaborar con grupos de la disidencia. Por cargos similares, el estadounidense Alan Gross cumple una condena de 15 años en prisión después de haber sido detenido cuando acudió a la isla para enseñar a grupos judíos a conectarse a internet saltándose la censura del régimen comunista.
A pesar del perfil bajo que está manteniendo el Gobierno español y de unas confesiones sacadas en condiciones muy duras a los jóvenes (sometidos a un fuerte aislamiento, y posiblemente con duras presiones), diversas fuentes han explicado a Periodista Digital que existen indicios más que fundados para sospechar que el coche fue efectivamente embestido antes del accidente. Altos cargos de Nuevas Generaciones confirmaron que un miembro de los demócratas cristianos suecos recibieron un mensaje de texto en el móvil por el que Modig alertaba de que les estaban siguiendo con otro vehículo.
La muerte de Payá y Cepero, y los posteriores acontecimientos, han supuesto una cadena de acontecimientos muy favorables a la dictadura castrista. Por una parte, se ha eliminado a la cabeza visible del más importante movimiento opositor cubanos, con cientos de miembros en toda la isla y una estructura de peso en el exterior tras el destierro al que se sometió a algunos de sus miembros y dirigentes tras pasar siete años en prisión. Por otra parte, el régimen comunista cuenta con un rehén con el que presionar a España e impedir que impulse una política clara en el seno de la UE contra el sistema totalitario. Además, sirve como disuasión para aquellos que pretendieran viajar a Cuba a apoyar a la disidencia. Ahora, por miedo, no lo harán y aquellas organizaciones que apoyan al movimiento democrático dejarán de trabajar para facilitar las cosas a quienes quieran aventurarse, para no sentir la responsabilidad de tener parte de culpa en la detención de otros extranjeros o la muerte de otros disidentes.
Fuentes de la oposición cubana habían advertido ya que la política del Gobierno de Rajoy, destinada a contemporizar con la dictadura y a no insistir con las pruebas de que el coche había sido embestido, podía conducir a un desenlace como el que se ha producido: un rehén español, con el añadido extra de que es miembro del PP, en manos del régimen cubano y la inexistencia de una investigación independiente para esclarecer lo que ocurrió.
Más de mil personas han firmado ya en internet la siguiente petición:
Comunidad Internacional: Aclarar las circunstancias de la muerte de OSWALDO PAYA Y DE HAROLD CEPERO