Cuba.-El Papa encomienda a las familias cubanas la «altísima misión» de ser «la célula fundamental de la sociedad»

Benedicto XVI señala que «Cuba tiene necesidad del testimonio de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada»

SANTIAGO DE CUBA, 27 (del enviado especial de Europa Press, Darío Chimeno)

El Santo Padre ha hecho en la multitudinaria misa que se ha celebrado este lunes en la Plaza de Antonio Maceo de Santiago de Cuba un llamamiento a las familias de Cuba para que sean «la célula fundamental de la sociedad» y ha animado en sus palabras a que las familias cristianas den testimonio «de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada».

Convertida en el templo católico más grande de la República Popular de Cuba, la plaza Antonio Maceo ha acogido a cientos de miles de fieles esta tarde en la ciudad de Santiago de Cuba, en una celebración eucarística que ha presidido Benedicto XVI. En medio de cantos y mucha alegría los cubanos han manifestado su acogida al Papa. El papa móvil, que ha dado una vuelta por el recinto, fue seguido por los más de 300.000 peregrinos que han venido de toda la isla para participar en la eucaristía.

Los asistentes, que han llegado a partir de las 14.00 horas (20.00 horas en España), han ocupado la plaza, repartida en sectores, con un servicio de orden llevado por las parroquias de la diócesis. Muchos de ellos, además de acompañar al papa móvil por las calles de la ciudad santiaguesa, vienen de todas las partes de la isla. También han venido más de cinco autobuses de fieles católicos Miami. Emilia, una mujer de 57 años a la que su parroquia ha encargado un bloque del servicio de orden, «está muy alegre de la visita, para la que nos hemos preparado durante tres meses, desde que fue anunciado.

Por su parte, Odette, un estudiante de tercer curso de Filología, ha manifestado: «Tenemos mucha esperanza en este viaje, esperanza no por nuestras vidas, sino para este país, para que salgamos adelante».

Antonio, padre de tres hijos, está desde hace más de tres horas esperando en las primeras filas de libre acceso. «Me siento muy lleno, es un momento muy dulce en mi vida porque viene el Vicario de Cristo a Santiago, para traernos esperanza, alegría, paz, que es lo que de verdad necesitamos», ha dicho.

La celebración ha estado presidida por el Papa y por la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la misma figura que hace 400 años fue descubierta por unos marineros en la Bahía de Nipe. El Papa ha querido regalar a esta imagen una Rosa de Oro para adornar la Virgen.

El Santo Padre ha llegado a las 17.30 horas (23.30 horas en España) y, tras revestirse, ha subido la larga escalera hacia el altar. En su homilía, ha comenzado saludando a las autoridades cubanas, entre las que se encontraban el presidente del país, Raúl Castro y varios ministros de su Gabinete.

Tanto Castro como sus ministros han asistido a toda la celebración y, al término de la misma, el presidente cubano ha subido las escaleras del altar para saludar al Santo Padre.

Tras explicar el significado de la fiesta que la Iglesia ha celebrado este lunes, la Encarnación del Hijo de Dios, en el que –ha dicho– «el Verbo hecho carne, es el Dios-con-nosotros que ha venido a habitar entre nosotros y a compartir nuestra misma condición humana», Benedicto XVI ha querido remarcar que «cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre». El Santo Padre ha rogado a la Virgen de la Caridad que «sepamos como ella acoger en nuestro corazón la palabra de Dios y llevarla a la práctica con docilidad y constancia».

El Santo Padre ha reconocido con «cuánto esfuerzo, audacia y abnegación trabajan cada día para que, en las circunstancias concretas de su país, y en este tiempo de la historia, la Iglesia refleje cada vez más su verdadero rostro». Y junto con ello ha manifestado que «vale la pena dedicar toda la vida a Cristo». En esta línea, Benedicto XVI ha dicho que «aceptemos con paciencia y fe cualquier contrariedad o aflicción, con la convicción de que, en su resurrección, El ha derrotado el poder del mal que todo lo oscurece y ha hecho amanecer un mundo nuevo».

Pero la parte central de la homilía ha estado dedicada a los matrimonios y las familias. «Dios ha encomendado a la familia fundada en el matrimonio la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y verdadera Iglesia doméstica», ha dicho. Por ello, ha apuntado que «Cuba tiene necesidad del testimonio de su fidelidad, de su unidad, de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada».

Al final de sus palabras, el Papa ha hecho un llamamiento al pueblo cubano «para que dé nuevo vigor a su fe, para que viva de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luche para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios».

En medio de un chaparrón tropical que ha caído a los asistentes, el Santo Padre no ha podido saludar a los fieles reunidos en las calles de la plaza y se ha retirado a la casa sacerdotal, situada muy cerca del santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, donde se hospedará esta noche. Mañana tiene previsto visitar el Santuario y tener una reunión con los obispos cubanos antes de partir hacia La Habana.

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Autor

Irene Ramirez

Irene Ramirez. Responsable de campañas en Grand Step. Fue redactora de Periodista Digital entre 2012 y 2013.

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