Acto multitudinario de las FARC rodea liberación de Langlois en una remota aldea

Acto multitudinario de las FARC rodea liberación de Langlois en una remota aldea
. EFE/Archivo

Las FARC pusieron hoy en libertad al periodista francés Roméo Langlois en un reivindicativo y multitudinario acto, celebrado en una aldea del sur de Colombia, donde se disculparon por haber tratado al cautivo como un prisionero de guerra y pusieron en evidencia el olvido de esa región.

En San Isidro, una pequeña vereda del selvático departamento de Caquetá, se concentraron cientos de campesinos y colonos, la mayoría agricultores y cultivadores de hoja de coca.

Allí, Langlois fue entregado a la misión formada por el delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia, Jordi Raich; la exsenadora Piedad Córdoba; y el emisario del Gobierno francés, Jean-Baptiste Chauvin, entre otros, a quienes las FARC reclamaron para hacer la entrega.

Los integrantes de la misión humanitaria habían llegado poco antes en vehículos todo terreno tras más de cinco horas de viaje por rutas de tierra desde Florencia, la capital del Caquetá.

En ese alejado lugar les esperaba una gran tarima y cuando estaban encaramados sobre ella apareció Langlois rodeado de guerrilleros. Entonces se dio paso a la mayor exposición pública de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en muchos años.

«Se impuso una vez más la política sobre las cuestiones humanitarias y eso es algo que se ha hablado muchas veces de parte de la guerrilla y también del Gobierno y la Fuerza Pública. Yo no señalo a nadie particularmente, pero esto pasa una vez más», dijo Langlois a los congregados.

El corresponsal del canal France24 y el diario Le Figaro, que está herido de bala en un brazo, fue hecho cautivo el 28 de abril pasado cuando acompañaba a un contingente de policías y militares en un operativo antidrogas y se toparon con una ofensiva guerrillera.

Días después, las FARC anunciaron que Langlois era un «prisionero de guerra» y reclamaron un debate público sobre el papel de la prensa en la cobertura del conflicto colombiano.

Tras asegurar que había sido «tratado muy bien por la guerrilla durante estos 33 días», el reportero confirmó que nunca estuvo «amarrado» y que le dieron bien de comer, e incluso le ayudaban a cargar con la mochila y el colchón.

«El sentimiento que yo tenía es que la guerrilla me quería entregar, después mucha gente empezó a hablar, se politizó la cosa y decidieron postergar un poquito esto», agregó.

No obstante, indicó: «yo acepto las disculpas y salgo sin amarguras de esto, pero yo no comparto esta decisión de guardarme 33 días».

El periodista francés, de 35 años, justificó su presencia junto al Ejército y la Policía en el momento de su secuestro en que «el trabajo de uno, como periodista, es cubrir todas las partes del conflicto».

También despejó las dudas sobre el operativo en el que se vio involucrado, al detallar que el laboratorio de drogas que destruyeron era «pequeño y modesto, como muchos que se destruyen de forma repetida, de un campesino que contaba con esto para sobrevivir».

Y agregó en ese sentido que «alrededor se dijeron muchas cosas inexactas».

Por eso, Langlois invitó a los periodistas a seguir cubriendo el conflicto desde todos los puntos de vista, tomando en cuenta a todas las partes involucradas.

«Son pobres matándose entre pobres, es supremamente trágico, lleva esto 40 años, buenos y malos no hay, a veces la prensa y el gobierno ha logrado vender imágenes distorsionadas, pero cuando uno viene a estas zonas ve que la realidad es más compleja», afirmó.

«Yo no necesitaba esta experiencia para conocer el conflicto colombiano ni la guerrilla, llevaba tiempo en esto, pero tengo la convicción de que hay que seguir cubriendo el conflicto», insistió, al confiar en que el Ejército siga llevando consigo a periodistas a las zonas de guerra.

Pero también que los reporteros puedan acercarse a la guerrilla para contar «el día a día de los combatientes».

La misión humanitaria pasó más de cinco horas en San Isidro, escuchó al guerrillero que se disculpó en nombre de las FARC por haber tratado al periodista como un «prisionero de guerra» y a varios líderes campesinos.

Los pobladores denunciaron que el Caquetá es una zona olvidada, sin presencia del Estado, que sólo llega con bombardeos y fumigaciones áreas sobre los campos de coca, su sustento diario, ya que no tienen otras alternativas de vida.

También reclamaron servicios básicos, como agua potable, electricidad y material escolar para las escuelas.

Después la misión partió hacia Florencia, ya con Langlois como un hombre libre.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Irene Ramirez

Irene Ramirez. Responsable de campañas en Grand Step. Fue redactora de Periodista Digital entre 2012 y 2013.

Lo más leído