Pocas veces un político venezolano, a excepción de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, ha atraído tanta atención mediática en España como el diputado opositor Julio Montoya (Maracaibo, 1962). Es uno de los rostros más conocidos del partido Primero Justicia, de Henrique Capriles, y ha viajado a la capital española para investigar las cuentas de los dirigentes bolivarianos en la banca andorrana y Banco Madrid. Además, habla claro sobre los vínculos entre destacados dirigentes de Podemos, a través de la Fundación CEPS, y el Gobierno de Caracas.
Cuando, tras una larga reunión en el Senado, llega al céntrico hotel donde se ha alojado, son varios los medios que le esperan para entrevistarle. Bromea con los periodistas sobre el calor y la obligación de tener que usar traje y corbata en un día tan soleado. Tras unos minutos de relax, comienzan las conversaciones con los diversos medios presentes. Se desarrollan en el jardín del hotel, en el centro del cual hay una piscina que llega a resultar tentadora en una jornada luminosa y agradable.
Foto: Miruna Hilcu.
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA
El señor Monedero podía tener programas en Venezolana de Televisión, que es la emisora del Estado, pero yo soy diputado de la República pero no me hacen ninguna entrevista ni puedo ir a ningún programa.
Hay una relación ideológica y afectiva evidentemente clara [entre el chavismo y Podemos).
Yo no quiero hacer en España lo que Monedero y Errejón hicieron en Venezuela, que es participar en el debate político interno.
Juan Carlos Monedero ha dicho que cuando CEPS actuó en Venezuela no existía el partido Podemos. Eso es mentira y lo puedo probar.
La CEPS produjo un documento de asesoramiento comunicacional a Nicolás Maduro para cómo identificar la protesta en Venezuela en 2014: no llamarlos protestantes ni opositores, sino llamarlos fascistas, agentes del imperialismo, pitiyankis.
Foto: Maria Fernanda Segura.
Esa propuesta comunicacional de CEPS al Gobierno son los mismos argumentos que utilizó Maduro para encarcelar a Antonio López, Leopoldo López y los estudiantes: ‘son fascistas, son agentes del imperialismo, son pitiyankis, son golpistas’. Un documento como ese puede ser culpable de que existan hoy en Venezuela presos políticos.
Debe ser honorable, Señor Monedero, usted que ha dicho de todo últimamente de mí, debe ser honesto que usted nos diga cuánto cobró la Fundación de Estudios Políticos y Sociales en Venezuela.
En Venezuela el ejercicio de la política es como trabajar de bombero en un incendio, es un trabajo peligroso.
El Parlamento nacional discutió ayer la posibilidad de juzgarme por traición a la patria.
En Venezuela hablan como Carlos Marx, gobiernan como Stalin y viven como Rockefeller.