Los saqueos han aumentado en Venezuela a causa de la crisis de abastecimiento que sufre la nación caribeña, que ha vaciado de bienes de primera necesidad las tiendas, y que el Gobierno de Nicolás Maduro achaca a una «guerra económica».
El Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social ha registrado unos 107 episodios de saqueos o intentos de saqueo en el primer trimestre de este año, frente al total de 132 que detectó en el primer semestre de 2015.
En uno de los últimos incidentes, cientos de personas asaltaron esta semana un camión que llevaba paños de cocina, sal y champú aprovechando que había tenido un accidente en la localidad de Capacho, cerca de la frontera con Colombia.
«Hubo mucho alboroto y maltrato hacia las personas (…) Hicieron disparos y tiraron gas lacrimógeno al pueblo», ha contado Manuel Cárdenas, testigo de este saqueo. Unas 15 personas resultaron heridas, incluidos seis policías, según Protección Civil.
Un grupo de motoristas encapuchados intentó robar el 12 de mayo de 2016 unos 650 sacos de harina destinados a un almacén de alimentos en Mérida. Los efectivos lograron detenerlos pero seis agentes resultaron heridos, de acuerdo con un funcionario local.
También en Mérida, el 11 de mayo de 2016 nuna turba irrumpió en un supermercado estatal para robar comida, las estanterías e incluso las puertas, después de enterarse de que estaba almacenando pollo. Una tienda de ropa interior fue atracada el martes.
Estas acciones evidencian el hartazgo de los venezolanos, que dedican buena parte de su tiempo a hacer largas colas a las puertas de las tiendas para intentar conseguir productos básicos. Muchos se van con las manos vacías después de varias horas.
Maduro culpa de la crisis a la supuesta «guerra económica» lanzada por la derecha venezolana y regional para derrocar a su Gobierno y, en respuesta, ha declarado la «emergencia económica», que le permite disponer libremente del presupuesto general.
Pero la oposición acusa a Maduro y a su antecesor en el cargo, Hugo Chávez, de derrochar los recursos públicos y apostar todos los ingresos de la economía venezolana al petróleo, cuyo precio en el mercado internacional se ha desplomado.
