Informa el diario El Español, que Hebe Pastor, de 87 años de edad, titular de la célebre ONG argentina Madres de Plaza de Mayo, se encuentra ante una órden de captura por no haber concurrido a un juzgado a declarar como imputada por corrupción.
El juez Marcelo Martínez De Giorgi declaró su «rebeldía» porque faltó por segunda vez a la cita. Y dispuso allanar la sede de las Madres para detenerla. Pero la dirigente se escapó y desafió al juez sugiriendo que «se meta la orden en el orto [culo]».
Luego concurrió Bonafini a la plaza de Mayo -frente a la Casa Rosada- y en medio de una manifestación ha bramado: «Si me quieren llevar presa, que me lleven. Aquí estamos. No les tenemos miedo a estos (jueces) hijos de mil putas».
La dirigente Bonafini se encuentra imputada en una causa penal en que De Giorgi investiga si hubo corrupción en el plan de construcción de viviendas sociales «Sueños Compartidos». Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015) le entregaron millones de pesos del erario público a Bonafini para ese programa.
Pero las viviendas, del tipo pre fabricadas, nunca llegaron a completarse. Y se calcula que el fracaso del plan provocó la ‘evaporación’ del equivalente a 6,5 millones de dólares de subsidios públicos. En la causa hay otros 44 imputados.
Al declarar como testigo, tiempo atrás, Bonafini acusó del supuesto pufo a los dos hermanos que ella había colocado al frente del plan «Sueños Compartidos», Sergio y Pablo Shocklender. En los años ochenta, los hermanos habían purgado condenas por el parricidio a golpes de su madre y padre, un matrimonio millonario que amasó su fortuna supuestamente traficando armas con la dictadura.
«Los Shockender se afanaron [robaron] todo» había acusado Bonafini. Y disparó que «las riquezas las tienen ellos, se pasean con autos, motos, yates, aviones y poseen casas en barrios cerrados». Solamente Sergio, según la prensa, compró 17 terrenos, un Ferrari 430, dos aviones y un yate.